Enrique J. Padrón, alumno de tercer curso del grado de Matemáticas de la Universidad de La Laguna, presentó el fisquito En busca de la primalidad. La charla, que se encuadra en la cuarta temporada de esta iniciativa, tuvo lugar el pasado jueves a las 10.45 en el Aula Magna de dicha Sección.
Padrón comenzó definiendo el concepto: «un número primo es un número entero, mayor o igual que dos, en el cual sus únicos divisores son el 1 y él mismo». Por lo tanto, si se diera el caso contrario, se trataría de una cantidad compuesta. Además, el ponente señaló que esta incógnita “es un problema que nos enseñan en el colegio, pero aun así tiene trabajando a matemáticos día y noche para resolverlo».
Asimismo explicó la historia de la búsqueda de estas cifras partiendo de la antigua Grecia. Eratóstenes de Cirene fue el primero en plantear mecanismos que ayudan a identificar la primalidad. Estos fueron perfeccionados por otros profesionales, entre los que destaca a Pierre de Fermat, que creó su propio test «El Pequeño Teorema de Fermat». Años después, Édouard Lucas, reconocido experto en cuestiones numéricas, refinó la prueba de su colega francés creando el juego de las Torres de Hanói, mediante el cual averiguar los factores primos de n-1 siendo n el valor a testar.
En la vida cotidiana también podemos encontrar estos guarismos. Uno de los ejemplos expuestos por el fisquitero fue el de los sistemas de criptográficos, indispensables para proteger nuestra privacidad. Así, sin darnos cuenta, estamos rodeados de números primos.