Sara Párquez es una artista multidisciplinar y contemporánea que reside en Tenerife. Se define como una mujer «cis-tauro-canaria-vegana-lesbiana» a la que le gusta comer, la naturaleza, amar, cuidar, bailar, jugar y crear. Realiza esculturas, recetas, y además fotografías. Con sus obras ha pasado por diferentes etapas. «Con Thalassa he viajado, con Palmoon he sanado y con Supervivir he sudado», asegura.
¿Cómo llegó el arte a su vida? «Llegó a mi vida primero por mis oídos, musicalmente. Siempre ha sido importante para mí todo lo auditivo y fue mi primer interés artístico. He escrito letras y compuesto melodías para cantar. También he ido a clase de guitarra, piano y clarinete. Pero el movimiento, el crear coreografías improvisadas repitiendo pasos aprendidos al azar o descubriendo posturas nuevas, es a lo que más me he dedicado. Aunque profesionalmente solo he sido cantante llamándome Sira Mayo«.
¿Por qué ya no se dedica a la música? «Un día perdí la voz y estuve diez días sin hablar. Seguía oyendo, pero el dejar de poder cantar durante una temporada larga me hizo querer darle un vuelco a mi vida. Decidí hacer muchos cambios. Entre ellos el estudiar una carrera nueva, Bellas Artes, y dejar la música y la enseñanza a un lado, puesto que también era maestra de inglés por aquel entonces».
¿Qué expectativas tenía a la hora de empezar la carrera? «Empecé la carrera con unos intereses distintos a los que tengo ahora. Creía que me dedicaría a pintar o a dibujar, que era principalmente a lo que me había dedicado plásticamente hablando en mi enseñanza reglada. Pero acabé haciendo otras cosas bien distintas».
«Todo lo que creo tiene un carácter muy hecho para mí»
¿Cómo catalogaría su arte? «Redundantemente contemporáneo, transdisciplinar y autoterapéutico. Esta última categoría me la invento, pero es que ciertamente todo lo que creo tiene un carácter muy mío, muy hecho para mí. Aunque luego pueda ser apreciado por otras personas. Creo que no me arriesgo al decir que el arte es ahora así para muchas otras personas que se dedican al arte».
¿De dónde proviene la inspiración para crear tu arte? tus ideas? «La mayoría surgen de preocupaciones o pasiones propias. Para liberar energía y desahogarme o para auto complacerme. Por supuesto también de un interés por que esas cosas que creo les puedan hacer sentir algo a las personas que estén presentes si comparto mis creaciones».
Muchas artistas suelen tener una musa a la hora de comenzar a crear, ¿tienes alguna? «Mis ideas suelen venir muchas veces acompañadas de una banda sonora. He trabajado en piezas escuchando algún tema musical en bucle o hasta he montado una playlist en Spotify dedicada a esa pieza. Así que podría decir que mi musa es la música, aunque suene cursiliense«.
«Mis ideas vienen acompañadas de una banda sonora»
¿Qué materiales sueles utilizar? «Desde luego reciclados o reutilizados en su gran mayoría. Encuentro en ellos dos puntos a su favor: no gasto demasiado dinero y no contribuyo a el gasto de materias primas. A veces se hace un mundo para encontrar materiales que me sirvan para ideas específicas».
¿Qué es Thalassa? «Es mi intento científico artístico rudimental de conseguir dibujos hechos por el mar. De momento he dado con Thalassa 1 y Thalassa 2. Ambos artilugios creados con materiales sencillos para que el oleaje mueva un pincel con pintura y deje un rastro que se pueda ver como un dibujo creado por el mar. Ambas piezas han dado colecciones de 50 y 20 dibujos respectivamente creados: Thalassa 1 en el Océano Atlántico (Tenerife – playa de Abades) y Thalassa 2 en el Mediterráneo (Cataluña – platja d’Ocata)».
Pero, ¿de dónde surge la idea de crear estos artilugios? «Nacen de un interés por las creaciones orgánicas naturales sin intervención humana. Y bueno, cierto es que yo, como humana, tomo muchas decisiones en la pieza pero me gusta verlo como que he colaborado con una fuerza natural no humana, algo que me resulta refrescante».
«Uso materiales orgánicos afines a mi estética personal»
Tiene otra pieza llamada Palmoon, ¿qué te inspiró a crearla? «Es una pieza de arquitectura portátil creada con hojas de palma trenzadas a mano por mi en forma de pupa. Nace de muchas preocupaciones. Pero puedo reducirlas a dos: una necesidad propia de generar una imagen que invocase la metamorfósis, y por otro lado, de un diálogo previo con mi creación artística en el que estaba construyendo una serie de arquitectura portátiles para sobrevivir cataclismos y catástrofes naturales.
¿Por qué escogió ese material? «Con Palmoon uso materiales más afines a mi estética personal y primordialmente orgánicos y menos contaminantes. Las hojas de palma las saqué de la poda de una palmera que vive en una finca privada de un amigo de mi padre».
«Me gustaría fusionar la cocina con la instalación y la escultura»
Snork 1, Natare 1 y Parachute cabin, forman parte de un proyecto conjunto, ¿cómo surgen? «Supervivir es el proyecto que incluye esas obras de latón. En el trasfondo de dos de ellas, hay un rastro de ironía implícita añadida por el material usado. Son: Snork 1 y Natare 1. Prototipos de utensilios a primera vista comprometidos con la causa de la supervivencia, pero en definitiva su utilidad será más bien decorativa. Su peso o en el caso de Snork 1 sus accesorios añadidos, los harán ser inservibles, anecdóticos. La tercera pieza, Parachute-cabin, simboliza la urgencia de nuestra especie y del planeta en sí en busca de sobrevivir y recuperar un hogar donde estar sanos y salvos».
¿Cuál cree que ha sido su mejor proyecto? «Sin duda alguna con todos los anteriormente nombrados me he sentido realizada en algún punto del proceso. A todos les veo posibilidades de cambio o tal vez de mejoría, pero ahora mismo no puedo seleccionar a ninguno en especial. Sí agradezco a dónde me han llevado todos».
¿Qué planes de futuro tiene? «En mi cuaderno mental de artista tengo muchos. Pero me encantaría mucho poder fusionar mi amor por la cocina que comparto en el canal de youtube Living Like A Panda junto a mi pareja Romi Sanzel, con la instalación y la escultura. Creo que podría crear algo muy divertido, nutritivo y suculento visual y paleativemente hablando».