La Universidad de La Laguna (ULL) consta de cuatro coros universitarios, cada uno tiene diferentes características. Esta ampara el Coro Polifónico de la ULL (CPU) y forma parte de su nombre. Julio Chinea es el actual director del conjunto. Inició sus estudios artísticos en el Conservatorio Superior de Música a los siete años y desde entonces, participa en las corales más importantes de la Isla. Ser el dirigente de este grupo supone un reto para su carrera musical, pues contribuye a su aprendizaje: «Yo aporto todos mis conocimientos y ellos proporcionan su buena energía y su excelente predisposición a aprender y a mejorar día a día», señala Chinea.
Se fundó en 1983 por Carmen Cruz, a petición de varios estudiantes con una enorme inquietud por la música coral. Es símbolo de una actividad universitaria capaz de traspasar las paredes de sus aulas. Su significativo palmarés de éxitos en concursos, tanto nacionales como internacionales, y su versatilidad interpretativa son fruto del trabajo persistente de sus componentes.
Destaca en el repertorio sinfónico-coral. A lo largo del año tienen una media de treinta audiciones. Según Andrés Estévez, el presidente, todos los conciertos o intervenciones son igual de importantes para ello. Aunque, cabe destacar sus actuaciones junto a la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), su participación en concursos y conciertos benéficos. Está en constante evolución, de ahí el secreto de tener una trayectoria tan larga. Esto se consigue «haciendo que formar parte de ello sea motivador, disfrutar del tiempo compartido y formando amigos, una mezcla atractiva que entusiasma a todo el mundo», enuncia Estévez.
El CPU está formado por 24 intérpretes de diferentes nacionalidades, canarios, venezolanos y cubanos, entre otros. Todos son cantantes amateurs. Para ser parte del grupo hace falta una serie de cualidades, responsabilidad, constancia, tener oído, conocimientos musicales y algo de voz . Chinea explica que cualquiera que reúna los requisitos requeridos puede cantar, ya que la prueba consiste en una audición privada con el director.
Sentir los maravillosos efectos de la música
Esta agrupación es muy responsable, se toma este hobby como algo muy serio. Una de las soprano, María del Carmen Álvarez realza que trabajan constantemente para que cada concierto salga según lo previsto, además de añadir que los coros canarios gustan en otros países. A lo largo de la vida consiguen multitud de galardones en concursos de reconocido prestigio, «nunca un premio fue más valioso que otro», manifiesta el tenor Jorge Padrón. Entre los reconocimientos obtenidos sobresalen el 2º Premio Modalidad de Polifonía y Diploma de plata de Folclore, el 2º Premio y Galardón de Oro, Primer Premio Nacional Ciudad de Torrevieja, entre otros muchos.
Por otro lado, poseen varias grabaciones con la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Además ha participado en la banda sonora de La Puerta del tiempo, película de animación que estuvo nominada a los Goya. El presidente expone que la idea de crear discos surge de la intención de plasmar su producto para poder acordarse en un futuro. Pretenden transmitir el valor de la labor en común, pues esto hace que trabajen valores como la lealtad, confianza y amistad. «Queremos transmitir emociones, conectar con la gente, tratar de que no queden indiferentes y vivan y sientan los fantásticos frutos que tiene la música», responde la soprano Patricia Guimerá para explicar el fin del coro.
El futuro lo ven muy cercano, pues lo preparan cada día mejorando sus piezas y afinando cada nota. Sin embargo, Estévez comenta que, pese a que en Tenerife haya una gran pluralidad en cuanto a movimiento coral, no hay ayudas para todos, por lo que varios de los conjuntos vocales se autofinancian e incluso llegan a pagar una cuota mensual. «Es muy difícil mantener un trabajo de calidad con apenas recursos». No obstante, este año está siendo muy movido para el grupo, puesto quea la lista de proyectos se suman tres muy célebres, el Festival de Música Contemporánea de Tenerife, Carmina Burana y Fimucité.
Todos los integrantes coinciden en que formar parte de esta experiencia les ayuda a trabajar en equipo retomando el estudio de la cultura musical y logran ser felices realizando algo que de forma voluntaria les encanta. Guimerá ultima invitando al público a un ensayo para que estos puedan ver cómo funcionan y concluyan que disfrutan lo que hacen.