Calles repletas de mesas con libros. Cientos de personas entrando a librerías. Escritores y escritoras firmando. Así se festeja el Día Internacional del Libro, cada 23 de abril. Una celebración que conecta a los amantes de la lectura con la literatura. Entre tantas opciones a elegir se encuentran los libros de Beatriz Esteban, una joven escritora de 22 años y estudiante de Psicología en la Universidad de Valencia (VIU), que ha publicado ya tres novelas. La más reciente, Presas, relata la experiencia de la autora en una cárcel, tras haber sido voluntaria durante dos veranos.
Beatriz Esteban quiso mostrar en su nueva publicación la cara oculta de las prisiones: las condiciones y dificultades con las que se encuentran las presas. “Quería dejar atrás los prejuicios y poner la humanidad por delante de la violencia. Creer en la persona más allá de su pasado”, comenta. También es autora de Aunque llueva fuego, publicado el año pasado, que habla sobre el perdón y la resiliencia ambientada en la Francia de los años 50.
Sin embargo, el éxito lo cosechó con su primera novela Seré frágil, finalista en el X Premio Internacional para Jóvenes Jordi Sierra i Fabra 2015. Esta gira en torno al problema de la protagonista: la anorexia. En ella, Beatriz Esteban relata su vivencia con este trastorno alimenticio, con el objetivo de mostrar cómo es realmente la enfermedad y de hacerle ver a las personas que la sufren que tiene solución. Así, quiere transmitir “que es de valiente pedir ayuda y que es un asunto que va más allá de comer o no”.
A los 15 años, fue diagnosticada con anorexia nerviosa. “Es tan gradual que en las primeras fases se puede confundir con una dieta”, asegura la escritora. Además, cree que es difícil de entender cuando creces rodeada de prejuicios y estigmas: “Algunas personas de mi entorno no lo comprendían, otras lo veían como un tema tabú o no me creían porque no entraba dentro del perfil que ellos tenían de un trastorno alimenticio”. Con esto, la estudiante quiere resaltar que los niños y niñas no están debidamente informados. Según ella, gran culpa de esto lo tienen las escuelas y los medios de comunicación. Así, plantea que las primeras deben trabajar en el aprendizaje de la inteligencia emocional desde temprana edad, y los segundos mostrar la complejidad del caso sin fijarse solo en la tragedia.
“Hay que romper esos estereotipos. Ir al psicólogo no es cosa de locos”, afirma Esteban. Para conseguirlo, cree que hay que hablar más de la salud mental y sembrar la idea de que pedir ayuda no es de débil, sino de humano. Ella tuvo la suerte de contar con el apoyo de su madre y actual pareja y con ayuda profesional, razones por las que consiguió salir adelante, pero sabe que no siempre es así: “Hay muchos padres obsesionados con adelgazar, que critican el físico de su hijo o hija, en vez de enseñarle a querer su cuerpo”, por lo que el ámbito familiar se convierte, muchas veces, en un predisponente para el desarrollo del trastorno alimenticio.
“Es increíble que haya que esperar meses para que un psicólogo de la sanidad pública te vea cuando tienes pensamientos suicidas”
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental a lo largo de su vida y se prevé que la cifra aumente considerablemente los próximos años. Sin embargo, “se le da poca importancia. Es increíble que haya que esperar meses para que un psicólogo de la sanidad pública te vea cuando tienes pensamientos suicidas”, asevera la joven. La tardanza de la atención sanitaria se convierte en otro factor que propia la aparición de la enfermedad o que la agrava.
Por esto y para combatir la desinformación que existe en el mundo al respecto, Esteban se lanzó a escribir Seré Frágil: “la única manera que tenía de cambiar la visión de la ciudadanía era escribiendo la mía”. Desde entonces, compagina su escritura y sus estudios con la participación en ponencias y conferencias, para ayudar a las jóvenes que estén pasando por situaciones similares a aceptar el problema y superarlo. “No se rindan nunca. El miedo se pasa pasando miedo. Un día le sonreirás al espejo, un día repetirás el postre, un día reirás de verdad”, es el consejo que les da la persona que un día se dio cuenta de que o terminaba con la enfermedad o esta acabaría con ella. Beatriz Esteban ha alcanzado una meta: la superación y ahora lucha por otra: el triunfo en el mundo de la literatura.