El desarrollo de la capacidad crítica sobre los problemas estructurales de la sociedad es una asignatura aún pendiente en la educación primaria y secundaria. Rosa Hernández, docente en el IES Mencey Bencomo, trabaja con el objetivo de que su grupo de estudiantes de PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento) integre esas competencias para transformarse en ciudadanía activa e implicada. Uno de sus proyectos educativos más notorios es Enraizando, puesto en práctica el pasado curso escolar, en el que el alumnado aprendió los motivos que llevan a las personas a migrar y desmintió prejuicios asimilados a través de diversas actividades de Aprendizaje-Servicio.
Tras la búsqueda y contraste de información para elaborar infografías y lapbooks sobre conflictos bélicos y desigualdad, organizaron una campaña de concienciación dirigida al resto del instituto. En ella, planificaron y presentaron un espacio radiofónico, un vídeo divulgativo, carteles y contenidos para redes sociales.
Entre otras acciones, el proyecto incluyó charlas y conversaciones con los periodistas José Naranjo y Nicolás Castellano, así como el activista Abdou Kane. Terminaron con una recolecta solidaria destinada al macrocampamento de Las Raíces, organizada en el centro, y que duplicó sus expectativas.
Esta labor hizo que el grupo se convirtiera en ganador del Premio Nacional en Inmigración y Convivencia de los Premios Aprendizaje-Servicio 2021. Poco después, también recibió un galardón de solidaridad otorgado por el Ayuntamiento de Los Realejos. Pero los reconocimientos solo fueron una parte de lo conseguido. Así lo reflexiona el alumnado: «Hemos aprendido empatía y a no juzgar. Nos sentimos mejores personas».
Una toma de consciencia sobre los bulos
Pero desaprender conlleva un largo proceso, sobre todo si se trata de estigmas socialmente muy arraigados. «De aquí salía cada burrada…», admite uno de los alumnos, de origen alemán, refiriéndose a antes de empezar el proyecto Enraizando. Curiosamente, cuatro estudiantes de la clase fueron, en su momento, migrantes provenientes de El Salvador, Colombia, Argentina y Alemania. En parte, eso les ha ayudado a darse cuenta de ciertos prejuicios que tenían y a formarse una opinión diferente para intervenir en caso de escuchar un dato incorrecto o prejuicioso.
Una de las alumnas, cuyo padre y madre migraron a Canarias desde Latinoamérica, ha podido darse cuenta de que las personas migrantes de África también pueden ser el padre o la madre de alguien. «No me gustaría que los tratasen mal», concluye.
No solo se han percatado de que hay informaciones falsas generalizadas, sino que, también, esta experiencia de Aprendizaje-Servicio les ha servido para ver las situaciones desde nuevas perspectivas, conocer contextos actuales de los que no sabían nada y ver los problemas de su entorno.
Entre ellos, el del propio campamento de Las Raíces, del que una parte de la clase desconocía incluso su existencia. Además, al comenzar un proceso de razonamiento y contraste, se han dado cuenta de que no todas las fuentes son válidas, sobre todo las que exageran las cifras y el supuesto impacto negativo de la migración.
Pudieron experimentar de primera mano el daño que hacen las informaciones falsas mientras trabajaban en su campaña de concienciación para el resto del centro. Esta culminó en la recogida solidaria de alimentos y productos de higiene que, posteriormente, fueron donados al campamento de Las Raíces. A pesar de enorgullecerse de llevar a cabo una iniciativa como esa, recibieron algunos comentarios en Instagram, a través de la cuenta del instituto, que criticaron que se destinen las ayudas a personas llegadas de otros países y no a la ciudadanía canaria.
Inicialmente, no supieron cómo reaccionar. Sobre todo porque, aseguran, «eso es mentira». Según explican, el IES Mencey Bencomo ha realizado en numerosas ocasiones recogidas de alimentos para familias canarias desfavorecidas. Recolectas como la que organizaron, por el contrario, no son tan frecuentes. En cualquier caso, esta experiencia dio lugar a un debate dentro del aula y a una reflexión colectiva sobre los bulos en redes sociales, lo cual terminó por enriquecer el proyecto educativo.
Los grupos PMAR, sometidos a estigmatización
Según la legislación actual, se establecen dos cursos académicos (segundo y tercero de la ESO) en los que el alumnado repetidor, o que no esté en condiciones de promocionar a cursos superiores, pase a un grupo PMAR. Estas clases, con cupos reducidos, permiten que el estudiantado reciba una «atención personalizada y adaptada a sus necesidades», según explica Rosa Hernández.
La docente decidió emprender en 2021 el proyecto Enraizando en segundo de PMAR, con el que pasaba muchas horas diarias, lo cual le permitió «crear un vínculo» e «impartir contenidos de forma transversal». Explica que es habitual que estos grupos presenten una baja autoestima en relación al resto del centro, además de dificultades en el rendimiento académico. Incluso, una estigmatización respecto a lo que pueden logar, lo cual reduce su motivación de formarse académicamente.
Con este tipo de iniciativas, el alumnado reconoce haber ganado entusiasmo porque «tiene más sentido aprender ayudando que haciendo algo que no sirva. Todo esfuerzo tiene su recompensa». Rosa Hernández corrobora ese cambio en sus estudiantes, y es que asegura que la metodología de Aprendizaje-Servicio ha hecho posible que ganen autonomía y capacidad de decisión. También, ha notado un potenciamiento en las competencias tanto escritas como orales y el rendimiento, además de mejorar la relación general en el aula.
Respecto al avance del proyecto, la docente insiste: «Nunca lo hicimos pensando en un premio». No obstante, admite que ganarlo «ha servido para darles un lugar en el centro, autoestima y orgullo». Y no solo por el galardón en sí mismo, sino porque también les ha permitido ver resultados en su trabajo y aplicarlos a la vida diaria.
Una alumna lo ejemplifica con lo que aprendieron en relación a la explotación infantil y la Revolución Industrial, puesto que le impactó saber que niñas de su edad, o incluso menores, son quienes le confeccionan la ropa. Sus compañeros lo resumen: «Gastamos como nos da la gana y otra gente tiene una vida muy difícil. Lo tenemos todo y no nos damos cuenta, nos quejamos por tonterías».
Aprender en contacto con expertos
A lo largo del proyecto, pudieron escuchar de primera mano la experiencia y conocimientos de Abdou Kane, migrante y activista, y los periodistas José Naranjo y Nicolás Castellano, ambos con una dilatada experiencia en materia de migraciones y diversos países africanos.
Abdou Kane es uno de los activistas más implicados en materia de migración en el Archipiélago. Él mismo llegó hace más de 15 años a Canarias y, actualmente, compagina su trabajo con labores de concienciación, acogida e integración de personas migrantes. A lo largo de los años, ha impartido múltiples charlas en festivales, colegios, institutos e, incluso, en la Universidad de La Laguna, en distintos grados. Entre estos encuentros está el que organizó en 2021, junto a Rosa Hernández, para el proyecto Enraizando.
En ese contexto, encontró «un grupo que estaba intentando romper barreras», asegura. Según su experiencia, también como padre, en los colegios hay mucha diversidad, por lo que considera necesario que se emprendan este tipo de iniciativas «para que el mensaje llegue más». Asimismo, cree que es fundamental que se incluyan estos contenidos de forma transversal.
«Si conocemos mejor el mundo y sus mecanismos, vamos a entender que el racismo no tiene sentido»
Una opinión similar tiene el periodista José Naranjo, quien cree que «la escuela debe ser un reflejo del entorno», adaptado a las circunstancias de cada isla, municipio y barrio. Desde su punto de vista, «en Canarias tenemos una asignatura pendiente sobre quiénes somos», puesto que el aporte de las distintas poblaciones que han habitado el Archipiélago ha dado como resultado una gran mezcla cultural y genética.
Sus conclusiones radican en varias preguntas que él mismo responde: «¿Qué es fuera y qué es dentro? ¿Qué es ser canario? Pues el producto de una mezcla espectacular que se sigue produciendo hoy». Por ello, considera que renegar del aporte de la migración significa anclarse y perder una evolución en positivo.
Con su experiencia como reportero en África, sobre todo los países occidentales, destaca la importancia de conocer historias vitales, qué empuja a las personas a migrar y qué papel tienen Europa y España en ello. «De manera intrínseca, si conocemos mejor el mundo y sus mecanismos, necesariamente vamos a entender que el racismo no tiene ningún sentido», resume.
«Los colegios e institutos no pueden estar ajenos a un modelo de sociedad que ya es diverso»
El periodista Nicolás Castellano, con una larga trayectoria en el continente africano y diversos países del mundo, coincide en que es fundamental «apostar por la educación como manera para concienciar sobre la diversidad de la población y la riqueza que aportan». Además, destaca que la población joven debe estar concienciada de que los movimientos migratorios existen «desde el inicio de los tiempos».
Incluso, considera que ese tipo de proyectos son «la llave fundamental» para acabar con los prejuicios y estereotipos. Por ello, cree que estos contenidos no deberían nacer a voluntad del profesorado, sino estar incluidos en los currículums educativos. Especialmente en el contexto actual, producto de las mezclas de identidades sociales y culturales. «La sociedad ya es así», recalca, para añadir que «los colegios e institutos no pueden estar ajenos a un modelo de sociedad que ya es diverso».