El jurista Pedro Valentín de Pablo Contreras, el comisario de arte Serge Fauchereau y la bióloga molecular Margarita Salas Falgueras (a título póstumo) recibieron ayer jueves, 17 de febrero, uno de los más altos reconocimientos dispensados por la Universidad de La Laguna al recibir el doctorado Honoris Causa. Un acto que la rectora Rosa Aguilar calificó durante su discurso como «ejemplo del pluralismo académico» al aunar a tres representantes de tres de las cinco grandes áreas de conocimiento: las Ciencias Sociales y Jurídicas, las Humanidades y las Ciencias de la Salud. Margarita Salas es la segunda mujer, tras María Rosa Alonso, que recibe la distinción.
El protocolo del acto estableció que, en primer lugar, la catedrática de Derecho Civil Elena Sánchez Jordán leyera la laudatio de Pedro Valentín de Pablo Contreras, mientras que la catedrática de Historia del Arte María Isabel Navarro Segura presentó los méritos de Serge Faucherau. Tras ser formalmente investidos por la rectora, ambos procedieron a leer sus discursos de aceptación. Finalmente, la profesora titular del área de Fisiología Teresa Giráldez leyó la laudito de Margarita Salas Falgueras.
Libertad de cátedra
Durante su discurso de aceptación, el jurista Pedro Valentín de Pablo, catedrático de Lqa Rioja, reflexionó sobre la autonomía universitaria y la libertad de cátedra. Previamente, durante sus palabas de alabanza, la profesora Sánchez Jordán recordó la trayectoria del agasajado como catedrático de Derecho Civil de la Universidad de La Laguna entre 1991 y 1994, un corto pero intenso periodo durante el cual «despertó las vocaciones de quienes hoy representan el grueso del área de Derecho Civil».
Entre otros méritos, la catedrática recordó que De Pablo Contreras es autor de uno de los manuales de referencia de su disciplina y que ha dirigido diez tesis doctorales, cinco de ellas de profesorado de la Universidad de La Laguna.
Cultura canaria
En su laudatio a Serge Fauchereau, la profesora Navarro Segura justificó el reconocimiento por la labor que ha realizado para dar a conocer internacionalmente las artes y la literatura de Canarias. Su relación con las Islas se remonta a los años ochenta y ha servido para difundir en el exterior la revista Gaceta de Arte y la figura de Óscar Domínguez. También destacó que en los libros que ha escrito y las exposiciones que ha comisariado, no ha obviado referenciar obras y autores de las Islas.
Fauchereau ha impartido literatura americana en las universidades de Nueva York y de Austin (Texas) y ha sido comisario de exposiciones internacionales en el Centre Pompidou (París), el Palazzo Grassi (Venecia), la Kunsthalle (Bonn), el IVAM (Valencia); la Tate Modern (Londres), el CAAM de Las Palmas y el Museo Reina Sofía (Madrid), entre otras instituciones. Es autor de cuarenta y cinco libros sobre arte y literatura, algunos de ellos traducidos a más de dieciocho idiomas.
En su intervención, el experto en Arte y Literatura resumió su relación con Canarias que data de hace treinta años, y que ha pasado del total desconocimiento a la adquisición de una segunda residencia a la que viene muy a menudo y en la cual, como explicó, muchos de sus libros han sido escritos. En todo caso, señaló que su apego a la tierra, ya sea esta o cualquier otra, se acerca a la concepción que tenía Domingo Pérez Minik del concepto, que incluía también cierto cosmopolitismo.
El ponente recordó la biografía de numerosos creadores para evidenciar que la nacionalidad realmente no afecta a la creatividad, y que de hecho no son pocos los autores que han cambiado en numerosas ocasiones de pasaporte, como es el caso de Stravinski, nacido ruso y luego francés hasta ser, finalmente, americano.
Reconocimiento póstumo
Teresa Giráldez fue la encargada de realizar la laudatio de Margarita Salas. Comenzó agradeciendo que el nombramiento siguiera su curso y llegara a realizarse a pesar del fallecimiento. «Este hecho impone un carácter inusual a este acto solemne, pero los adjetivos inusual y extraordinario definen, sin duda, a la profesora Salas», subrayó.
Salas fue pionera de la Biología Molecular, una de las disciplinas que, como explicó Giráldez, definieron la ciencia del siglo XXI. Desde 1977, y hasta su muerte, desarrolló su actividad en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, que llegó a dirigir. Su fecunda producción queda reflejada en sus 36 tesis doctorales dirigidas, 9 patentes, 489 conferencias y seminarios, y 414 publicaciones en libros y revistas, la última de ellas en 2018, ya con 80 años.
Recepción al Claustro
La ceremonia concluyó con unas breves palabras de la rectora, que agradeció el esfuerzo de las tres madrinas, así como a todas las personas que promovieron estas distinciones.
La rectora valoró el papel de la Universidad en unos tiempos confusos: «La Academia debe reivindicarse como faro del conocimiento que es. Pese a que ya estamos bien entrados en el siglo XXI, vemos con estupor cómo las pseudociencias y las noticias falsas siguen expandiéndose entre la población». Hoy más que nunca, afirmó, «las universidades debemos alzar la voz y hacer valer la rigurosidad académica, el método científico y el trabajo intelectual».