El Teléfono de la Esperanza recibe una media de 14 % de llamadas relacionadas con la prevención del suicidio, según datos proporcionados por el Observatorio de Suicidio en España para el 2017. El presidente de la Federación de Salud Mental de Canarias, Andrés Mendoza, afirma que las enfermedades mentales serán una de las patologías mas tratadas en los próximos años. Más allá de ofrecer parajes turísticos e inolvidables aventuras, gran parte de la población canaria lucha contra sus demonios internos en un intento por conservar sus vidas.
Lo más sorprendente es la indiferencia de los medios. Pareciera como si la muerte fuese un tabú del que quisiéramos alejarnos, tal vez con la esperanza escondida de que al nombrarla poco, podremos huir de ella. Lastimosamente vengas de la cultura que vengas la muerte es la única certeza que puede otorgar la vida.
Son solo pocos minutos los que definen tu paso en la vida y tu inicio en la muerte. Tras años de sufrimiento y aislamiento son muchas las personas que se quitan su vida y no exactamente por el estigma social de ser cobardes sino por vivir en una sociedad que no acepta los trastornos mentales como verdaderas dolencias y que los estigmatiza por el simple hecho de no poder entenderlos. Si se analizan las cifras, cada dos días una persona se quita la vida en Canarias. ¿Por qué? Razones hay muchas y variadas, pero pese a ello son pocos por no decir ningunos los intentos de un gobierno que los mantiene en la sombra en vez de prevenirlos.
Oscar Wilde ya diría que somos nuestros propios demonios y hacemos de nuestro mundo nuestro propio infierno. Si bien es cierta la afirmación no estaría mal de vez en cuando la llegada de un ángel que apagara las llamas de nuestros conflictos internos y que viera en nosotros una solución. Porque la hay. Porque nadie debería sentirse tan asilado hasta el punto de pensar que no se merece la vida.
«El suicidio es la principal causa de muerte no natural en Canarias»
Dicen que los prejuicios nacen de la ignorancia y, en la actualidad, es poca la información que se tiene sobre el suicidio, sobre cómo ayudar si algún familiar se encuentra en dicha situación o incluso si el problema es nuestro.
Los trastornos mentales no entienden de idioma o edades y a diferencia de los físicos, las heridas no son externas y no suelen sanar tan rápido. Payasos que sonríen hasta que acaba la función y una vez que acaban son las lágrimas quienes destiñen el maquillaje. Los trastornos mentales son más comunes de lo que pensamos y pueden suceder en cualquier momento. Adjetivos como loco o esquizofrénica condicionan una vida hedonista e individualista que ya no entiende de empatías. Como dice el novelista americano Rick Yancey,» la locura es la nueva normalidad social».
Hay que dar un paso adelante pasar salir de la estigmatización y el secreto en el que se encuentra escondido el suicidio. Se debe y se puede prevenir, pero no solo le corresponde a una institución sino al conjunto de la ciudadanía modificar el pensamiento colectivo e integrar valores como la empatía. El suicidio es la principal causa de muerte no natural en Canarias por lo que tiene que hablarse de ello y visibilizar a un colectivo que se siente solo luchando contra el contrincante más duro de vencer: uno mismo.