Con motivo del III Encuentro de Historia sobre la transición en Canarias de la ULL, la Facultad de Geografía contó este miércoles 26 de abril con la presencia de Domingo Garí, doctor en Historia Contemporánea. El profesor impartió una charla sobre la evolución y el desarrollo del movimiento comunista y del proyecto nacional canario durante esta etapa.
“En la II República, bajo la influencia del stalinismo, los comunistas locales se limitaban a seguir directrices internacionales muy generales; no había producción propia”, expuso Garí. Según el ponente, a esto se le sumaba el hecho de que los simpatizantes de estas corrientes eran muy pocos, a pesar de que posteriormente aumentaron los anarquistas (en Tenerife) y los socialistas (en Gran Canaria).
Tal y como explicó Garí, con la llegada de Canarias Libre, movimiento nacionalista independentista de izquierdas, «se abrió un mundo de posibilidades». La actividad contra el franquismo empieza a ser más intensa con el Partido Comunista Español y ETA.
“Los que optaban por una ideología más radical se separaron. Crearon un partido más a la izquierda que los comunistas»
En un principio, desde 1960 hasta 1973, el PCE aglutinaba a todos los que se oponían al franquismo sin diferencias. Los despachos de los laboralistas canarios se convirtieron en sindicatos clandestinos y es aquí cuando se empezó a debatir la cuestión canaria. A partir de 1973 apareció el eurocomunismo y se decidió abandonar las pautas de la doctrina de Lenin y a caminar hacia el socialismo por la vía parlamentaria. “Los que optaban por una ideología más radical se separaron. Crearon un partido más a la izquierda que los comunistas», añadió.
Dentro de este contexto, “la situación de Canarias era muy sensible, ya que se estaba produciendo la descolonización del Sahara que podía dejarnos expuestos a la OTAN”, aseguró el profesor. Aun así, se adoptó una posición anti-imperialista contra España y ese conjunto de países desde una “simpatización tercermundista”.
Aludiendo a la tópico del carpe diem, el ponente terminó la ponencia afirmando que «el tiempo no es oro, es vida». Con una intención pacifista, Garí instó al aprovechamiento de la vida alejados del conflicto.