El Arona Summer Festival, una de las mayores citas con la música en el sur de Tenerife, finalizó anoche en medio de un magnífico ambiente. La jornada del sábado comenzó a las 17.00 horas, después de que el primer día el Festival terminase alrededor de las cinco de la madrugada. Los jóvenes y demás amantes del sonido electrónico que llenaban el campo de Golf Los Palos se preparaban de nuevo para la fiesta.
La tranquilidad duró poco. Ivan Voltes fue el primero en animar al público. Congregó frente al escenario a cientos de personas que andaban dispersas por el recinto. A cada golpe de bajo la emoción de los espectadores subía. Los primeros gritos de euforia empezaban a escaparse.
Los andaluces Juanjo Vergara y Luis Roca fueron los siguientes en subir al escenario. La difícil misión de seguir elevando el estado de ánimo de los visitantes no fue un problema para ellos. Desde el primer instante en el centro de las miradas, supieron jugar con ritmos llenos de energía. La Zona Vip del Festival rebosaba de personas bailando justo al lado de los colosales altavoces que conformaban la palestra de los djs.
La actuación de B.Jones fue una de las más esperadas. Un estilo apasionado e incontenible al mismo modo de Pachá Ibiza que logró hacer saltar a todos. El sol comenzó a caer mientras las luces del escenario principal iluminaban todo el recinto. La famosa dj supo encauzar el inicio del ambiente nocturno. Los temas escogidos combinaban a la perfección con el espíritu de la gente, estableciendo una conexión entre la artista y el público. Los brazos de los visitantes se alzaban en oleadas aclamándola. Todo un éxito de una joven promesa del mundo de la electrónica.
Zona underground
El escenario underground, más pequeño que el principal, atrajo a un menor número de espectadores. Los apasionados del Deep House y Garage se reunían bajo las luces rojas para mover el cuerpo en sintonía con el sonido de los bajos absorbentes. A pesar de ser pocos, su actitud fiestera animaba a todo el que pasaba por delante. Paul Ritch, Nick&Curly o Claude Vonstroke fueron algunos de los virtuosos que se encargaron de hacer sonar la música en esta zona.
El californiano Atica sorprendió con un espectáculo lumínico sobrecogedor y excitante, aunque, sin lugar a dudas, la noche le perteneció a DeadMau5, el encargado de ponerle el broche final al Festival. El artista de fama internacional congregó a personas de toda España para disfrutar de su electro tan característico. Las enormes pantallas pasaban imágenes a gran velocidad y no daba tiempo a su contemplación, tan solo al goce visual.
Cada vez que una de las canciones rompía en una sucesión de bajos ecualizados, llamaradas y cañones de confeti estallaban al ritmo. Entre el humo y la gente danzando terminó una de las ediciones más emblemáticas del festival tinerfeño.