De esos lugares donde la música, la gente y sus calles resuenan con un color especial. De esas personas que llevan como bandera una guitarra durante, prácticamente, toda una vida. Así es el protagonista de esta semana, Francisco Abad quien, desde muy temprana edad, arropaba con la música las acampadas y las reuniones de sus amigos. El camino empezaba ahí, pasando por los grupos de scouts y los festivales de La canción verdad que se celebraban en Sevilla a mediados de los años 80. Toda una trayectoria influenciada por la música de los maestros de la canción de autor como lo son Silvio Rodríguez, Hilario Camacho, Sabina, Pablo Milanés y otros muchos.
De hecho, uno de los recuerdos musicales que Francisco Abad guarda con cariño es una carta que Silvio Rodríguez le respondió de vuelva, de su puño y letra.
Actualmente, sigue trabajando en su proyecto personal acompañado de su amigo y también cantautor, Tomás Vera. Este trabajo conjunto bajo el nombre de «Vamos a cantar verdades», les ha llevado a actuar en diversos escenarios de la Isla desde principios de 2019. Se trata de una especie de diálogo musical entre ambos en el que tratan diversas temáticas a las cuales, cada uno le pone una canción. Asimismo, sigue componiendo canciones para ir renovando el repertorio poco a poco.
«Ahora más que nunca, toca apoyarnos entre nosotros»
Sobre la situación actual que está viviendo el sector cultural por la crisis del COVID-19, el cantautor no duda en que esto va a repercutir «especialmente en aquellos artistas sin un nombre a nivel nacional o internacional». Abad, al igual que otros muchos, recorre diversos locales e incluso las calles para llegar a la gente con su música. «Ya era difícil vivir de tocar en bares pequeños o de cantar en la calle y ahora, probablemente, muchos de esos establecimientos dejen de hacerlo por miedo o porque no se lo permitan», apunta el artista.
A raíz de todo esto, se está empezando a escuchar la idea de trasladar la cultura a un formato más virtual para que la actividad no se vea afectada del todo. Sobre esto, Abad apunta que «no todo el mundo tiene los medios para ofrecer un trabajo de calidad por las redes» por lo que muchos artistas se seguirían viendo perjudicados. Por otro lado, el cantautor reflexiona sobre la monetización de este trabajo ya que «el cobro por redes es algo complicado para quien no tiene muchos seguidores».
Pero esta situación va a impulsar al apoyo dentro de la comunidad artística: «Ahora más que nunca, toca apoyarnos entre nosotros. Toca ir a escuchar a los compañeros, comprar sus libros o ver sus exposiciones», apunta Abad. A fin de cuentas, la unión hace la fuerza.