El Centro de Arte La Recova de la capital tinerfeña acoge una exposición de Loli Íñiguez, pintora y profesora en los grados de Bellas Artes, Diseño y Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de La Laguna, que lleva por título Los recuerdos me miran. En esta muestra retrospectiva, que podrá visitarse hasta el día 30 de este mes de septiembre, la mirada se centra en obras de gran formato y en el diálogo con el mundo interno como origen del acto creativo.
Íñiguez pertenece a una generación de mujeres que sobrevive con voz propia a una época sobrepoblada de nombres masculinos en todos los ámbitos sociales. El tránsito de la artista por las horas de la vida se fija en los lienzos con una fuerza y una ironía que contagia vida. El color y las formas son algo secundario, puesto al servicio de la imperiosa necesidad de transmitir.
En palabras de la pintora, se trata de “una muestra terapéutica, en la que la contundencia de las piezas provoca una reacción innata. En ese gesto automático, la emoción atrapa al espectador, sorprendido por su propia respuesta. Todo ello hace que algún cuadro nos recuerde una asignatura pendiente; otro, un deseo irracional que despierta de nuevo; y otro más nos lleve a descolgar el teléfono para anunciar que volvemos, o que vamos».
Las obras pretenden despertar el debate interno en el espectador ante las metáforas que suscitan, iniciando un intercambio de sensaciones entre el universo de la artista, sus fuentes de inspiración y la mirada que observa cada uno de los cuadros. El resto es parte del camino: proceso, cambio, tristeza, alegría, amistades, lecturas, sueños y realidad. El color y las formas que brotan del pincel de Iñíguez son las señales de lo acontecido durante el trayecto vital de la autora, sus huellas. Fluctuaciones, vivencias, periodos y transformaciones. El proceso de individuación de una artista. Un hermoso muestrario desde los orígenes hasta ayer mismo en su estudio de Santa Cruz.
Como explica Jordi Solsona, comisario de la exposición, “color, temática, mensaje y técnica se reúnen en los pinceles de Loli Íñiguez”, a quien define como “una mujer introspectiva con claras referencias psicológicas (Jung, y su principio de individuación), cuyo argumentario bebe de las influencias del inconsciente y las jerarquías sociales impuestas a la propia voluntad, como elementos que trazan el camino de la sociabilidad y la formación como persona”.
Esta es la décimo sexta exposición individual de una carrera iniciada en 1979 en la que se cuentan también una cincuentena de participaciones en muestras colectivas, muchas de ellas de carácter internacional.