El Centro de Estudios Africanos de la Universidad de La Laguna emitió ayer lunes, 1 de marzo, un comunicado en el que muestra su preocupación por la situación humanitaria de las personas migrantes llegadas a las Islas Canarias, pide solidaridad con su situación y alerta sobre las posturas xenófobas que buscan sacar rédito político de esta crisis. Así, muestra su preocupación por quienes «alientan el racismo para buscarse un puñado de votos».
En el texto destaca que «muchas de estas personas tienen papeles en regla y desean continuar su viaje hacia lugares que les permitan colmar sus expectativas de vida». Desean, además, añade, «reencontrarse con sus familiares que ya viven en Europa y no existe razón suficiente ni política ni jurídica para no dejar que estas personas puedan continuar con su aventura vital».
El Centro subraya que «poniendo obstáculos institucionales y legales a su integración sometemos a estas personas a un limbo que solo proporciona frustración, marginación y exclusión». En esa misma línea, señalan que «los campamentos provisionales en Las Raíces y próximamente en Las Canteras no son lugares adecuados para que centenares o miles de personas puedan vivir en condiciones adecuadas, más bien parecen campos de reclusión forzada para criminales».
El escrito incide en que las personas inmigrantes «no son delincuentes por el hecho de querer mejorar sus vidas y las de sus familias» y que por eso «debemos impedir por todos los medios que nuestras islas se conviertan en un territorio de encierro y castigo para miles de personas que solo buscan un porvenir con las mínimas garantías de bienestar a que toda persona tiene derecho».
«Es preciso que las Islas actúen como puente entre culturas»
Además, recalca que si «tanto alardeamos de nuestra tricontinentalidad es preciso que las Islas actúen como puente entre culturas, y en este caso los puentes deben facilitar la continuación de los viajes emprendidos desde el continente africano con destino al continente europeo».
El comunicado dice que desde la Universidad de La Laguna «queremos convertir el conocimiento y la comprensión de otras realidades y diversidades, en un arma que ayude a unificar a los pueblos en vez de a separarlos».
Finalmente, apunta que «estamos convencidos de que el mundo de la educación y la cultura, en sus distintos niveles, debe servir para conformar una sociedad culta, consciente y crítica, con sensibilidades diversas, llena de matices que haga imposible la vuelta a ideologías que han llevado a la humanidad varias veces a la catástrofe. La responsabilidad política pasa por dar una respuesta eficaz que sea garante de los derechos humanos, y que lleve a acuerdos inaplazables que garanticen y arropen las expectativas y derechos de las personas migrantes en la búsqueda de una vida mejor».