Domingo Fernández Agis, coordinador del Grupo de Investigación sobre Bioética y Biopolítica, trata de estudiar la conformación de relaciones entre ética, ciencia y política para la mejora sanitaria y socioeconómica de las sociedades.
Fernández, explica que el concepto de Bioética surge en los años 70 como disciplina defensora de los derechos del paciente y el donante en el trasplante de órganos. Derechos que no pueden ser enfocados tan solo desde una perspectiva jurídica, debido a la fragilidad y heterogeneidad de las situaciones que se presentan.
Un avance fundamental que se ha conseguido en los ámbitos hospitalarios y quirúrgicos gracias a ella es que, en un procedimiento médico, haga falta el consentimiento escrito del paciente. Esta aprobación, recalca el docente, ha de producirse después de que le hayan explicado detalladamente en qué consistirá el método sanitario que se le va a aplicar.
Además, Fernández destaca la existencia de una conexión muy estrecha entre esta materia y la ética ecológica. Afirma, a modo de ejemplo, que »el consumo de agua no potable se ha convertido en una de las principales causas de muerte en el mundo». Frente a esas y otras situaciones en las que se pone de manifiesto esta crisis, se buscan soluciones que consigan disminuir la contaminación del mar y el deterioro medioambiental, con el objetivo de mejorar nuestra salud.
Asimismo, otro de los aspectos que estudia el profesor es la Biopolítica, que analiza los cambios que se han producido desde el siglo XVIII hasta ahora. Esta aboga por solventar aquellos problemas de carácter general que afecten a la vida hoy en día y que están gestionados por el poder político y económico. La salubridad del agua que se ingiere o la calidad de los alimentos que se venden son ejemplos específicos de este tipo de conflictos morales.
Gracias a la figura de Michel Foucault, pensador francés, esta especialidad se desarrolla a través de dos dimensiones: la primera, en relación a la indagación o estudio de cómo se produce dicha gestión en todos sus aspectos; y una segunda encargada de denunciar las prácticas abusivas que ejercen algunos Estados.
La Biopolítica junto con la Bioética se ha convertido en una disciplina necesaria para preservación de la vida. Ambas emplean la ética, la moralidad y la denuncia en asuntos que afectan a la salud o a la gestión de nuestro comportamiento. Por lo tanto, su tratamiento es de vital importancia para nuestro bienestar tanto social como individual.