Uno de los grandes problemas que está dejando el coronavirus es, sin lugar a dudas, la manufactura paralizada. La mayoría de los productos que consumen los gamers o amantes de los videojuegos (consolas, juegos, mandos…) se construyen en China. Por tanto, debido a cómo ha afectado el virus allí, muchas fábricas han tenido que cerrar sus puertas. Esto conlleva que la mayoría de los títulos programados para estas fechas afectadas se retrasen.
Este 2020 ha sido testigo de numerosos retrasos por diferentes cuestiones pero, a causa del COVID-19, estos productos peligran aún más. Con la prohibición existente de viajar desde Europa a Estados Unidos aumenta la posibilidad de que no lleguen a salir en la fecha pautada.
Los afectados no son únicamente los consumidores, los eSports han tenido pérdidas millonarias. Activision Blizzard canceló su evento de Overwatch League que tenía pensado realizarse en China. Riot Games tampoco realizará eventos de League of Legends en Corea del Sur ni China. Intel Extreme Master Championship anuló también los torneos de DOTA.
Suspendidas dos grandes ferias y otros eventos gaming
Aparte de estos acontecimientos, también se han cancelado ferias como la GCD (Game Developers Conference) o el E3 , entre otros eventos gaming que han sido aplazados por medidas de seguridad.
Algo muy importante y que se le está dando poca importancia es cómo afecta la situación a la Next Gen. En vista del problema, el lanzamiento de las consolas de nueva generación como la PlayStation 5 puede peligrar. La creación de componentes, su manufactura y distribución están siendo afectadas por el impacto del coronavirus en el Mundo.
En definitiva, existe un desconcierto acerca de lo que pueda ocurrir y cómo evolucionará la situación. El futuro dirá si la demanda pasará al formato online o los consumidores optarán por esperar a que todo acabe y volver a la normalidad.