David Cuesta, director de Informativos de Mírame Televisión y licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna, es parte del programa de investigación Despiertos, un proyecto independiente que nace de la filosofía de hacer periodismo sin estar bajo las presiones ideológicas de las instituciones. Con cinco episodios emitidos y un sexto en camino, la producción de Cuesta y su equipo ha captado el interés del público hasta el punto de que la financiación surge del apoyo de unos espectadores que, a través de una campaña de crowdfunding, aportan dinero para la realización de las investigaciones.
El nombre del programa significa que ustedes buscan que la gente abra los ojos a la realidad, ¿pretenden que con la información dada la gente reaccione? «Para nada, no buscamos que piensen como nosotros o que cambien, queremos que reflexionen, que piensen y que antes de tomar decisiones tengan en cuenta toda la información que hay. Lo que debe promover Despiertos o cualquier programa de estas características es que la gente consuma los medios de comunicación no por entretenimiento, sino porque es fundamental que la gente esté bien informada. El desapego del público con los medios solo perjudica a la sociedad».
¿Por qué parece que no interesa hacer periodismo de investigación? «La televisión lo que busca es la audiencia y captarla se hace más sencillo con el entretenimiento. Si trabajas ocho horas y le sumas todas las responsabilidades sociales, cuando llegas a casa no te da tiempo de pensar; buscas entretenerte y de eso se valen las grandes empresas. Los medios también tienen la responsabilidad de informar y educar. Se puede buscar contenido que cumpla con esas funciones y adaptar el formato. Sí es rentable hacer buen periodismo, pero da más costos».
“La política está en todo»
¿Se pasarían a la televisión nacional? «Trabajar con medios nacionales no se nos presenta como un problema, podemos adaptar el formato pero no los principios. Se puede condensar la duración del programa pero no renunciaremos a la independencia o la filosofía que tenemos».
La mayoría de los programas que han sacado presentan temas que terminan relacionados con la política. ¿Los problemas de Canarias van de la mano con la corrupción política? «Sí, pero ya no solo por la corrupción, al final ves y la política está en todo. Vas a hablar del plátano y terminas hablando de política, vas a hablar de sanidad e igual, porque son los políticos los que gestionan la sanidad y al final dentro de esas gestiones suceden los problemas. Se hace muy difícil hablar de un asunto sin mencionar la política que hay detrás por más que sea una cuestión de índole social y, por desgracia, en muchos casos está ligada la corrupción. No es el objetivo principal, pero es fundamental que la gente lo sepa».
«Se nos hace muy fácil llamar delincuente a alguien que roba pan, pero nos cuesta llamar delincuente a alguien que va vestido de traje»
¿Muestran que la corrupción en la política canaria está muy arraigada? «Son los datos, al final la información es completamente empírica y objetiva. Canarias fue en 2017 la segunda comunidad con más políticos procesados por crímenes de corrupción. Si hablas de los hoyos de ambición y la sentencia que les condena, incide en que estas personas son básicamente delincuentes. Es una palabra que suena muy dura pero se nos hace muy fácil llamar delincuente a alguien que roba pan pero nos cuesta llamar así a alguien que va vestido de traje y corbata solo porque roba de una forma más sutil, pero que hace mucho más daño a todos».
La ley de transparencia obliga a que toda información sobre las gestiones públicas sea dada al que lo solicite. ¿Has tenido algún problema al recaudar esa información con algun organismo o institución? «En este programa que estamos haciendo sobre educación hemos tenido un enfrentamiento con la Consejería, ya que desde mayo hemos pedido unos datos e información que no nos han dado, así que hemos acudido al Comisionado de Transparencia. Anteriormente, no hemos tenido problemas hasta ese punto. Al final es lo que la otra parte quiere, que hagas todo sin esos datos, pero preferimos retrasarlo hasta que tengamos esa información clave».
«Todos nuestros programas tienen un punto en común: el interés general»
¿Es más fácil sacar información de la empresa privada? «Sí hemos tenido muchos problemas cuando son la parte contraria de lo que contamos. Yo agradezco mucho que en Oro parece apareciera Leopoldo Cólogan y viniera a una entrevista, pero eso no es lo habitual. Cuando no nos quieren atender, lo contrastamos poniendo información que sí han dado a otros medios. Aunque no sea justo la que queríamos preguntar, nos sirve para que se refleje su lado y se equilibre un poco».
¿Todos los programas tienen una dirección o un motivo específico? «Todos tienen un punto en común: el interés general. Además, muestran una mala gestión del dinero público o un problema social, pero también influyen otras razones. Por ejemplo, en Hoyos de Ambición funcionó que justo había salido la sentencia del caso, lo que hacía que fuera un tema de actualidad. Con Oro parece era un tema que queríamos hacer desde el principio, pero no podíamos sin las imágenes de la pica. Eran necesarias. En definitiva, a veces hay razones generales, pero hay cosas decisivas a la hora de elegir».