El Instituto de Estudios Canarios acogió ayer jueves, 1 de marzo, la conferencia Fiat luz multiespectral: Proyección de imagen del mapa del mundo de Henricus Martellus conservado en Yale, c. 1491. La charla estuvo a cargo del historiador Chet Van Duzer, investigador especializado en mapas medievales y renacentistas y perteneciente a The Library of Congress, de la ciudad de Washington D.C., quien presentó su proyecto desarrollado en la Universidad de Yale, una de las instituciones privadas más prestigiosas de los Estados Unidos. Esta iniciativa, apoyada por el Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas y la Universidad de La Laguna, fue una ocasión extraordinaria para aproximar el área de la conservación y difusión del pasado junto a los nuevos métodos de investigación.
El ponente, junto a Ken Boydston, Roger Easton, Michael Phelps y Gregory Heyworth, forma parte del Proyecto Lazarus. Su trabajo consiste en recuperar textos e ilustraciones perdidas en el mapa del geógrafo y cartógrafo alemán Henricus Martellus, uno de los más importantes del siglo XV. Sin embargo, estos archivos resultan inapreciables ante nuestros ojos, ya que el paso del tiempo, el agua, el fuego, el palimpsesto, las arrugas o el uso de distintos tipos de tintas han dañado gran parte del documento cartográfico.
La conferencia mostró la solución a este problema: las imágenes multiespectrales. «El proceso para captarlas consiste en tomar entre doce y catorce fotografías digitales con una frecuencia especial», según explicó Van Duzer, «normalmente, cada una de esas representaciones revela una parte del mapa que antes no se apreciaba y, posteriormente, se combinan de manera que en un solo modelo aparezca toda la información que se ha captado».
«Las imágenes multiespectrales no dañan al mapa original»
El conferenciante aclaró que durante este proceso se utilizan dos luces no dañinas con diferentes colores y un difusor para que el foco lumínico llegue de manera uniforme. Se trata de un método bastante complicado puesto que se invierte mucho tiempo en la selección de muestras para hacerlas legibles. «Pasamos diez días capturando imágenes y varios meses para procesarlas y revelar los escritos», explicó Van Duzer. Aseguró también que «las herramientas digitales han sido de gran utilidad para mejorar los fotogramas», y añadió que «las imágenes multiespectrales no dañan al mapa original ya que emiten menos energía que la luz de una habitación».
Asimismo, para asombro de los asistentes, se hizo una comparativa en sala entre las capturas en las que no se apreciaba ni un rasgo en el mapa y las imágenes multiespectrales, en las cuales aparecían topónimos, descripciones, grabados de montañas, ríos, animales, etc., imperceptibles anteriormente.
«Yale opina que es importante estudiar el mapa de Martellus»
La importancia del mapa de Martellus radica en su probable influencia en la concepción que tuvo Cristóbal Colón de la forma de Asia y la localización que hizo de Japón. «Es una afirmación bastante fuerte decir que un manuscrito ha influenciado sobre una persona, pero hay claras evidencias de este hecho», afirmó el líder del proyecto. «El hijo de Colón dice en la biografía que si su padre no hubiera creído en la orientación de la isla, seguramente no la hubiera descubierto», argumentó. Otra de las reminiscencias de este mapa puede encontrarse en la creación del globo terráqueo que hizo Martin Behaim en 1492, basado en los documentos de Marco Polo.
Además, existen coincidencias sorprendentes entre el mapa de Henricus Martellus y el de Martin Waldseemüller de 1507. Este último es famoso por ser el primer mapa que puso nombre a América y por su alto valor de adquisición -10 millones de dólares-. «Cuando este documento apareció, los investigadores encontraron muchísimas similitudes con el de Martellus, con medidas, descripciones y orientaciones casi exactas», aclaró. Pero, mirándolo con detalle, este incluía más información.
Todas las imágenes multiespectrales serán publicadas de manera gratuita en la página web de la Universidad de Yale, tanto las procesadas como las que no. El historiador, esperanzado, recalcó finalmente: «Seguramente, en el futuro, seguirán habiendo avances en las técnicas de procesamiento de fotografía y, entonces, se podrán usar para recoger aún más datos del mapa sin destruirlo».