El atardecer palmero iluminando la romería de la Bajada de la Virgen del Pino. Foto: R. Rionda

El Paso vuelve a celebrar las Fiestas de la Bajada de la Virgen del Pino

Sociedad

El municipo de El Paso, en La Palma, celebró el pasado sábado, 20 de agosto, la Bajada de la Virgen del Pino. El evento, marcado a fuego en el calendario de la población palmera, se celebra de forma trienal. La romería debería haberse festejado en el año 2021, pero tuvo que ser pospuesta al 2022 debido a la situación pandémica. Esta ruptura de la tradición no desanimó a una Isla que ansiaba el regreso de una de sus festividades más importantes.

Las fiestas de la Bajada de la Virgen del Pino tienen un encanto especial. Este evento se lleva celebrando más de 50 años y fue impulsado por el cronista canario Néstor Álamo. La conmemoración consiste en la bajada de la Virgen del Pino a lomos de sus seguidores hasta el pueblo de El Paso.

La Virgen se hospeda durante tres años en la ermita del pueblo a las faldas de la Cumbre Nueva y llegadas las fechas, se procede a la fiesta  y su descenso por las calles del pueblo. Tras la romería, la patrona de El Paso duerme en el Ayuntamiento y no es hasta el día 4 de septiembre cuando se la devuelve a la ermita para que de esta forma se aloje durante los próximos tres años.

La juventud no quiso perder la oportunidad de sacar a las calles sus carros. Foto: R. Rionda

La celebración comenzó a las 13.00 horas con la tradicional Misa de Romeros en la Ermita del Pino. Tras el solemne acto, empezó el descenso de la romería acompañado por centenares de carrozas y de un gentío que no quería perderse la festividad. El volcán que tantas desgracias ha dado a la Isla Bonita, fue el espectador de lujo de la procesión por el municipio.

Pasadas las 21.00 horas tuvo lugar la recepción de la Virgen en el Ayuntamiento de El Paso. Tras la clásica ofrenda, se dio comienzo a la celebración en la plaza de Francisca de Gazmira de una verbena con música en directo de Dinacord, La Tejina y Los 3 de Caña que pusieron el broche de oro a un día cargado de emociones.

Una de las casas próximos al transcurso de la romería. Foto: R. Rionda

Miles de personas se reunieron en las calles para conmemorar un evento que, tras la pandemia y el volcán, volvía como un halo de esperanza y alegría. Los cinco kilómetros del recorrido fueron amenizados con ofrendas de comida y bebida desde las carrozas, además de música típica que puso a los presentes a bailar al ritmo de los timples y las guitarras.

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