Las grandes estrellas no siempre son cantantes o futbolistas, también pueden serlo quienes se dedican al periodismo. O así lo pudimos comprobar con la acalorada despedida de Pedro Piqueras. Una entrevista radiofónica en la Cadena Ser, otra en el canal de televisión Cuatro, una más para la revista Esquire… Y así en todos los formatos posibles, como si de la retirada de Joaquín, histórico jugador del Betis, se tratase. Y es que no es para menos. Su voz ha sonado, de forma diaria, en las casas de muchas familias, pasando de generación en generación.
No obstante, este es uno de los casos excepcionales en los que la labor periodística se ve alabada y reconocida. Sin echar mucho la vista atrás, hace apenas cinco meses, en las manifestaciones que se produjeron cerca de la sede del Partido Socialista, en Ferraz, profesionales de la información junto a sus cámaras fueron increpados, insultados e incluso agredidos. Todo por intentar hacer su trabajo. «Prensa española, manipuladora», se ha escuchado de forma reiterada en muchas de las multitudinarias concentraciones que se han ido produciendo a lo largo de la historia. Sin importar si protestaban contra la derecha o la izquierda.
«Un periodista con rigor, profesional, imparcial y con prudencia»
Lo cierto es que la profesión periodística, desde hace unos cuantos años, ha estado en el punto de mira y muy cuestionada. Incluso a las grandes estrellas, como Pedro Piqueras, las han intentado dejar en fuera de juego: «Hay quienes han llevado algunas quejas al que estaba arriba. Han llegado a pedir mi cabeza, pero el que estaba arriba paró muchas de esas protestas y decidió seguir apostando por mí», expresó el periodista en una entrevista para los micrófonos de la Cadena Ser. Por el contrario, tras el anuncio de su retirada, hubo una oleada de halagos hacia su persona en la red social X. En todos se podía leer la misma descripción: «Un periodista con rigor, profesional, imparcial y con prudencia».
Es entonces cuando debemos preguntarnos: ¿Cómo ha logrado el periodista aguantar tantos años sin que le aparten? ¿Cómo ha conseguido que el público tenga esa imagen de él? ¿Podrán existir nuevos Pedros Piqueras en este clima hostil hacia la profesión? La respuesta a estas preguntas o las suposiciones sobre este tema, quién las puede saber, a ciencia cierta, es una sola persona: la gran estrella.