La diversidad humana se debe tener en cuenta en todos los ámbitos, incluido el académico. Partiendo de esta característica, el PIPAC (Programa Integral Para Altas Capacidades) recoge una serie de técnicas, estrategias y aprendizajes con el fin de adaptar el sistema educativo a niños con altas capacidades, posibilitando una formación que se adecue a todo el alumnado.
Se trata de un proyecto coordinado por la Dra. Gabriela López Aymes, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México y miembro del Sistema Nacional de Investigación en Superdotación. Además, López ha colaborado en la Jornada Internaciónal sobre Panorámica de Intervención en Altas Capacidades Intelectuales que tuvo lugar el viernes 17 de febrero en la Universidad de La Laguna. Sus estudios están orientados al análisis del grado de adaptación familiar, personal, académica y social en personas con estas características.
“La organización escolar tiende a la homogeneización del alumnado; sin embargo, hay que atender a los estudiantes de manera diversificada y crear un proyecto educativo que sea coherente, sistemático y organizado”, comenta la ponente. López afirma que todos debemos pensar en red, aseverando que “un niño es una responsabilidad compartida” que no recae en un único profesor ni una única disciplina. “Mediante el establecimiento de vínculos de intercambio con las instancias formativas, se llega al Bienestar Social”, asegura.
La Asociación Americana de Discapacidad Intelectual y del Desarrollo ya ha desarrollado un sistema de apoyo que se basa en estudiar el funcionamiento individual para saber cómo debe actuar la persona en los diferentes contextos. El objetivo es mejorar los resultados personales y evaluar las necesidades de apoyo, elaborando una serie de áreas destinadas a las personas con altas capacidades, con las correspondientes actividades.“Es determinante la formación docente y su motivación. La pasión es la clave de una transmisión del conocimiento más eficaz”, concluye López.