Sionia Goya de la Rosa es una de las setenta personas inscritas al proyecto. Foto: I. Mederos

El proyecto ‘Roseta’, contra la soledad y malestar de las personas mayores

Solidaridad

Sionia Goya, Luz Teresa e Isabel Ramos son tres de las setenta personas inscritas en el proyecto Roseta. La iniciativa nació en diciembre de 2021, de mano de la asociación Actúa, para la prevención y el apoyo en los casos de soledad o malestar en personas mayores de sesenta años. Entre los servicios que ofrecen, todos de forma gratuita, destaca la asistencia psicológica a domicilio y los servicios telefónicos de consulta, dudas o atención psicológica. Pueden disfrutar de estas ayudas las personas residentes en los municipios de la comarca de Acentejo (Tacoronte, La Matanza, El Sauzal, La Victoria y Santa Úrsula) en la isla de Tenerife. La iniciativa acabará en junio de 2022.

Sionia Goya es una de las inscritas en el municipio de El Sauzal. Comenzó a trabajar con quince años y el repentino cambio de vida por la jubilación la desestabilizó. «Ya nada era tan importante como para que lo hiciera hoy y no mañana», comenta. La sauzalera resalta cómo vivió la cara negativa de la jubilación: «Me sentí fatal, después de una vida entera trabajando lo vi como que ya no era útil en la sociedad». Con el proyecto Roseta ha recuperado la motivación para realizar nuevas actividades.

Una situación diferente vivieron Luz Teresa e Isabel, amigas y vecinas del municipio de La Victoria de Acentejo. Una depresión a causa de la pérdida de un familiar las llevó a apuntarse a la iniciativa. Ahora comentan cómo les ha ayudado a superar muchos de sus problemas, además de la soledad que, como afirman, «es muy mala compañera». Luz Teresa también resalta la necesidad de realizar proyectos como este. «Hay muchas personas mayores que se hunden y no se levantan más y necesitan ayuda», añade.

La tercera edad en la sociedad de ahora


La exclusión social es una impresión que comparten Sionia, Luz Teresa e Isabel. Desde su entorno personal, observan una sociedad en la que, aseguran, las personas mayores no ocupan un lugar importante, siendo ignoradas en muchas ocasiones. 

La brecha digital es uno de los ejemplos por los que excluyen a este sector de la población. Sionia lo califica como una tragedia, pues en su caso personal, sin ayuda de sus familiares, no puede consultar, por ejemplo, su historia médica. Luz Teresa e Isabel también comentan el problema que supone para muchas personas el no saber usar un cajero automático. «Nosotras tuvimos que asistir a un cursillo para aprender a usarlo», señala Luz.

El proyecto financiado por la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud concluirá en junio de este año. Las inscritas están de acuerdo en los beneficios que han obtenido hasta ahora con su participación y agregan que quieren que el proyecto continúe. Como explica Sionia, «no solo por nosotras, sino por todas las personas que vienen detrás».