Elena Saavedra, cantautora de veintiséis años, ha dedicado cinco años a la música, llevando sus canciones por Tenerife y parte de la Península. Presentó en su disco Bichos y flores ocho melodías a guitarra y voz, con dos músicos y productores, Simone Turinese y Emilio Cedrés, en asociación con la Azotea Producciones. Sin ayuda de promotores ni managers, la cantautora se ha dispuesto a promover su música por donde puede y aunque no es una tarea fácil, en estos momentos se encuentra trabajando en su nuevo disco.
¿Desde que momento te diste cuenta de tu vocación? ¿Cuál fue la razón? «Yo desde chiquitina quería cantar, es lo típico que se dice, pero es muy cierto. Quería dedicarme a todas las artes, dibujar, hacer teatro, todo. Con el devenir de los años y de tanto pedir una guitarra, mi madre a los trece años me regaló una y ahí empecé a fluir con ese instrumento. Desde ahí hasta más o menos mis 18 años, seguí creando, y me di cuenta de que era lo que me gustaba, aunque realmente fue hace 5 años cuando empecé a dedicarme a ello. No tuve la facilidad de estudiarlo ni de meterme en un conservatorio, al igual que con el arte dramático que también me gustaba muchísimo, pero sí que siempre fui súper insistente. Sabía que era lo que me gustaba y quería poder llegar a ello».
¿Cuándo fue la primera vez que te subiste a un escenario? «Hace cinco años conocí a un rapero y me acuerdo que hicimos el primer concierto en el local de una amiga que estaba abriéndolo. Vino mucha gente de la zona, del artisteo y me dieron muchos ánimos, les gustó mucho lo que hacía. A partir de ahí, yo ya tenía mis canciones, y me dieron el impulso para lanzarme a dedicarme a esto».
Teniendo en cuenta que no has trabajado con promotores ni mánagers, ¿Qué opinas sobre ellos? ¿Consideras que el trabajo de ellos es importante? «Está claro que hoy por hoy, con el Internet y con todo el conocimiento que tenemos a nuestra mano, podemos hacerlo todo nosotros, aunque tengo que destacar que es un currazo llegar tú sola a dominar todas las áreas que necesitas para dedicarte a esto. Se puede conseguir, pero después de muchísimo tiempo. Es un trabajo necesario, pero yo, sinceramente, he tenido malas experiencias. La gente que he encontrado, no eran empresas grandes y sólidas, han sido personas que a su manera se han dedicado a ello, y, en ocasiones, he sentido que se han querido aprovechar. Al final, cuando recapacitaba sobre el trabajo que hacían, era más lo que me quitaban, que lo que me daban».
«La música ha sacado cosas de mí, se puede decir que he encontrado mi profesión»
Hablando de tu música, ¿Cuál es el estilo con el que te definirías? «El estilo es difícil porque yo hago una fusión y luego como digo yo, no toco nada como tiene que ser, sino como me sale. Mi primera influencia creo que ha sido el flamenco, aunque tenía claro que no quería hacer centrarme en ese género.Cuando empecé a hacer canciones me di cuenta de la influencia tan grande que tenía a la música salsera, lo típico que escuchamos aquí por carnavales. Luego, empezando a experimentar he tocado la bossa, swing, reggae, pero siempre todo como a pinceladas».
¿De qué nos hablan tus canciones? «Cuando escribo no me gusta hacerlo de cosas tristes, y aunque he tenido muchos momentos duros en mi vida y los escribo siendo totalmente sincera, siempre intento ser muy positiva, intentar llegar a buen puerto. Así cuando la gente lo escuche, piensa: si ella puede, yo también».
Ser cantautora significa abrir tu corazón, tus pensamientos, preocupaciones… ¿qué me podrías decir sobre esto? «Por una de las cosas por las que decidí dedicarme a esto es porque me daba cuenta que me curaba muchísimo cantar y hacerlo público. He sido una persona muy vergonzosa, todavía lo soy un poco. Cantar y hacer canciones sabiendo que alguien las va a escuchar me ha ayudado mucho. La música ha sacado cosas de mí y se puede decir que he encontrado mi profesión».
¿Qué significa para ti el disco Bichos y Flores? ¿Por qué ese nombre? «Bichos y flores es una melodía que escribí a los 13 o 14 años, y después de mucho tiempo la encontré y me di cuenta que me seguía hablando del mismo run run que he tenido siempre: si tú crees en algo, ve a por ello. Muchas veces nos sentimos solos en el mundo, pero tenemos a personas alrededor maravillosas que están dispuestas a darnos un buen día o a ayudarnos a lo que queramos. Los bichos y las flores son esas personas que me han ayudado a darme cuenta de lo que valía. Después de tantos años, al ver que para mí esa letra tenía sentido y para las personas que la escuchaban también, pues, esa canción es para ellos, es como un regalo».
«Lo más bonito de todo es que siga aprendiendo y no perder la pasión»
¿Qué cantautores destacarías como referentes a la hora de hacer tu música? «Son todos y ninguno a la vez. Escucho cantautores desde pequeña, como Pedro Guerra, Ismael Serrano, Rosana, aunque ahora mismo no es lo más afín a mí. Luego me gusta mucho la orquesta, el jazz, la música que te hace mover el cuerpo, grupos que toquen instrumentos del mundo… Creo que todo ha tenido influencia en mí, pero si es verdad que a la hora de componer intento no basarme en ninguno y hacer mi estilo propio».
¿Qué es lo que se siente cuando subes a un escenario y hay personas que están dispuestas a escuchar tus canciones? ¿Es en ese momento cuando encuentras el sentido de dedicarte a esto o hay otro motivo? «Cuando subo a un escenario y la gente admira lo que hago es cuando me doy cuenta que esto es a lo que quiero dedicarme. Aunque también tengo que decir, que en muchas ocasiones hay locales a los que voy a tocar música ambiente, y cuando me quiero dar cuenta, estoy disfrutando más mi momento que el hecho de que me escuchen o no. Me encanta tocar, pero también tengo en cuenta que, para dedicarme a ello, es muy importante saber que hay respuesta por parte del público y que les gusta tu trabajo».
Musicalmente, ¿qué planes tienes para el futuro? «Ahora mismo estoy trabajando en un disco nuevo, aunque no se lo he dicho a nadie todavía, ya es hora de ir soltando prenda. Siempre voy pasito a paso, como precisamente todo lo hago yo sola, hay días que me siento con fuerzas para hacer un montón de cosas, y hay otros en los que pienso que no puedo con esto. Muchas veces me he planteado dejarlo. He pensado: ¿A dónde voy? Esto es inhumano… He intentado vivir de la música, y lo he hecho durante cinco años, ahora estoy buscando otras maneras. En fin, ojalá pueda seguir dedicándome a esto, pero lo más bonito de todo es que siga aprendiendo y no perder la pasión».
«Cuando escucho la palabra fama me escondo»
Antes dijiste que no tenías una formación musical, ¿te has planteado formarte? «Sí, me gustaría, y no solo formarme en la música, sino de más ámbitos que también me gustan. Después de unos años me he puesto a mirar muchísimos tutoriales, es decir, no estoy formada oficialmente, por decirlo de alguna manera, he aprendido sola. Me he formado mucho sobre el lenguaje musical y otras muchas cosas necesarias para hacer música. En definitiva, soy mi propia aprendiz».
¿Qué opinas de la fama? ¿Consideras que es un factor beneficioso o perjudicial? «Ojalá yo nunca sea famosa, la fama para mí no tiene significado. A mí me basta con poder dedicarme a esto, trasladar mi música, viajar, que es lo que me gusta y aprender de ello. La fama es como cuando alguien habla mucho de una persona que no conoce de nada, pero se siente con el derecho de hablar de esa persona, opinar, y, ¿para qué? La fama no te da de comer. Dentro de la música y el arte es importante ser famosillo, que te conozcan, pero la fama como tal, para mí es una palabra negativa, cuando la escucho me escondo».