Francisco García es catedrático del Departamento de Dirección de Empresas e Historia Económica por la Universidad de La Laguna. El 23 de febrero anunció a través de sus redes sociales su candidatura al Rectorado de la ULL. Lo hacía mediante un vídeo en su cuenta de Twitter en el que se mostraba ilusionado y contaba los cambios necesarios que observa en la Universidad. Junto con Rosa María Aguilar, son las únicas candidaturas que han sido presentadas hasta el momento para ocupar el Rectorado. Las elecciones, el 13 de abril.
Hace unos días anunciaba a través de un vídeo en Twitter que se presentaba como candidato a las elecciones al Rectorado de la ULL. ¿Por qué decidió presentarse? «Han sido un conjunto de motivaciones. La Universidad de La Laguna está en una importante encrucijada histórica y hay factores que están poniendo en cuestión la idea de la universidad pública. Hay un surgimiento constante de nuevas ofertas privadas de educación superior, en concreto, en Canarias. Ese riesgo en el que está la universidad pública nos lleva a redefinir ese servicio público de educación».
En ese mismo vídeo habla de plantear un proyecto de cambio tranquilo pero profundo. ¿A qué se refiere? «Hay una cuestión importante y es que percibo una falta de ilusión en buena parte de la comunidad universitaria. En parte, es debido a una falta también de eficacia en la gestión. Los procesos se enlentecen, ha habido una aplicación de mejoras tecnológicas, pero no basta con eso. Por eso, creo que en la parte de la gestión es una de las cuestiones que se necesita cambiar, que se necesita profundizar en ese cambio tranquilo».
Decía que la Universidad presenta importantes necesidades de cambio. ¿Cómo ve la situación actual? «Creo que hay un aspecto en el que tenemos que innovar y es en el ámbito de la oferta de titulaciones. Ahí hay una necesidad de cambio. Debemos aportar nuevos títulos, títulos dobles. Ahora tenemos también la oportunidad de plantear grados abiertos, microtitulaciones y plantear una formación a lo largo de toda la vida».
«Tenemos que ser más humanistas»
Cree en una universidad pública más humanista, cercana y abierta a su comunidad. ¿Considera que, actualmente, la Universidad de La Laguna cumple con estos tres principios? «Digamos que son principios generales. Pienso que la comunidad universitaria aspira a actuar bajo esos parámetros. De todas formas, creo que se puede profundizar muchísimo más, que nos podemos acercar muchísimo más a la sociedad, escuchar sus reivindicaciones y ser un espacio de debate colectivo más intenso de las preocupaciones sociales existentes. Tenemos que ser más humanistas en el sentido de tener más en cuenta a las personas que forman parte de esta comunidad rica y diversa».
¿Qué ideas tiene pensadas en caso de que salga elegido rector? «Hay una primera cuestión clave que es la mejora de la eficacia y la eficiencia en nuestra gestión. También es vital la mejora en la gestión de la Escuela de Doctorado y Estudios de Posgrado. Ahí han faltado recursos a lo largo de estos años. En el tema de la investigación nos gustaría poder ofrecer asesoramiento y acompañamiento en todo el proceso. Otro aspecto esencial es la renovación de la plantilla. Tenemos una de las plantillas de PDI con una mayor media de edad y La Ley Orgánica del Sistema Universitario nos pone ante el reto de ser capaces de incorporar de manera más ágil nuevo profesorado».
Además, hablaba del nuevo marco legislativo definido por la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). ¿En qué consiste? «Trae muchos cambios, entre ellos una dotación del profesorado más endeble. También se plantea en la propia Ley la necesidad de que aumente la financiación pública por parte de los poderes públicos a las universidades públicas hasta el 1 % del Producto Interior Bruto. Eso va a haber que defenderlo y exigirlo para que de aquí al año 2030 se cumplan esos objetivos».
«La universidad pública: un mecanismo de ascensor social»
Define la universidad pública como «un mecanismo de ascensor social». ¿Qué quiere decir con esto? «La universidad pública ha sido durante los últimos cuarenta años el principal mecanismo de igualación de oportunidades en la medida que aquellas personas que nacen en familias con menos recursos económicos pueden a lo largo de su vida profesional ascender en la escala social. Yo soy un producto de eso, ya que nací en una familia muy humilde del norte de La Palma y gracias a la educación y el sistema público universitario ocupo una plaza de catedrático».
¿Desde su época como alumno hasta ahora cree que ha cambiado de forma positiva la Universidad? «Hay cosas en las que ha mejorado, sobre todo a nivel material y la dotación de muchos servicios. También hay mucha más tecnología, evidentemente. El entorno socioeconómico y tecnológico ha evolucionado y esto ha repercutido. Por otro lado, creo que se ha perdido cierto carácter participativo y la idea de que no se ha de pasar por la Universidad, sino que ella debe pasar también por ti».
¿Puede que alguna de sus propuestas de cambio esté relacionada con fallos que encontraba en su época de estudiante? «Los problemas ahora son distintos, los que diagnosticamos y a los que va dirigido nuestro proyecto tienen más que ver con la situación actual, la mejora de la gestión de la eficiencia, etc. Las dificultades hace treinta años eran otras, más de índole material, que, afortunadamente después de treinta años, en muchos casos están superados. Aunque sigue habiendo, por ejemplo, una necesidad de infraestructura de algunos edificios que todavía está pendiente».
«Percibimos una necesidad de cambio y mejora»
La actual rectora, Rosa María Aguilar, se presenta nuevamente a las elecciones. Ya en la anterior convocatoria en 2019 recibió un gran apoyo. ¿Cree que esto podría afectar a sus resultados? «No lo sé. Sí que es cierto que percibimos en la comunidad universitaria una necesidad de cambio, de mejora en la gestión, en la investigación y en transparencia. Pero ya veremos cómo de profunda es esa voluntad de cambio este 13 de abril».
Entre 2015 y 2019 fue vicerrector de Relaciones con la Sociedad con competencias en empleabilidad, emprendimiento y responsabilidad social universitaria. Analizando su trayectoria en ese puesto, ¿cree que podría conseguir todos los cambios que propone? «Realmente mi experiencia como vicerrector de Relaciones con la Sociedad me permitió conocer mucho la Universidad por dentro, la complejidad de nuestra institución y también lo importante que es para la sociedad. En ese sentido, creo que me son muy útiles para plantear este programa en el que estamos trabajando».
«Una persona emprendedora es una persona innovadora»
Puso en marcha el Programa de Fomento al Emprendimiento de la ULL y la Cátedra de Jóvenes Emprendedores. ¿Se considera una persona con actitud emprendedora? «Yo creo que sí porque hemos tratado de innovar. Emprender no significa solo crear empresa, a veces, la figura de persona emprendedora la asociamos a la de persona empresaria, pero se puede ser emprendedor en muchos ámbitos de la vida y de la gestión de las organizaciones. Una persona emprendedora es una persona innovadora».
¿Su motivación por mejorar y cambiar ciertos aspectos de la Universidad puede verse promovido por su actitud emprendedora? «Quizás sí. Cuando veo una posibilidad o un potencial de cambio que creo que es positivo trato de facilitar que se produzca, promoviéndolo y removiendo los obstáculos para que ese cambio vaya adelante».
Ha participado en múltiples proyectos nacionales e internacionales, de investigación e innovación docente, relacionados con la educación emprendedora. ¿En sus clases cree que transmite y promueve al alumnado esa actitud de emprendimiento? «Esa es nuestra intención. Hacer que el alumnado sea protagonista del propio proceso educativo. En alguna de las asignaturas que impartimos el alumnado desarrolla un proyecto emprendedor. Creo que este es el camino, que lo que se haga en las aulas tenga la vocación de trasladarse a la realidad».
«Me siento con muchas ganas de plantear este proyecto»
¿Cómo se siente en esta nueva etapa? «Me siento ilusionado y con muchas ganas de plantearle a la comunidad universitaria este proyecto y contagiar esa ilusión que me mueve. El sentimiento que más destaca es la ilusión. No soy iluso, pero sí estoy muy ilusionado con este proyecto para el futuro».
¿Por qué cree que debería salir elegido? «Creo que tenemos que reactivar la ilusión en la Universidad y, en este caso, pienso que nuestro proyecto puede ser el factor decisivo en que se reactive».