El profesor y director de la Agrupación Teatral de Filología, José Antonio Ramos Arteaga, ofreció ayer, viernes 31, una charla dentro de la conferencia Teatro universitario y sociedad. Esta, que tuvo lugar en el Sala de Audiovisuales de la Facultad de Filología, está dentro de las I Jornadas sobre teatro universitario y amateur. En la ponencia se presentó un breve recorrido por la historia de esta disciplina en Canarias, a modo de introducción del debate que tuvo lugar posteriormente.
Ramos Arteaga empezó nombrando a Domingo Pérez Minik, al que alabó por haber sabido mantenerse informado sobre estrenos y proyectos, aun viviendo en las condiciones en las que tuvo que hacerlo. Además, recordó uno de sus artículos no muy conocido: Una teoría sobre el teatro de aficionados. En este se expone una serie de diferencias entre el teatro aficionado y el profesional, “tratándolos como si fueran dos ámbitos distintos e incomunicables”. El profesor aseguró que no es así y que gracias al “canal fluido” entre ambos existe este tipo de arte en el archipiélago.
El ponente explicó que las primeras noticias que se tuvieron de grupos dramáticos son de un maestro de La Orotava, gracias a un expediente que le abrió el tribunal de la Inquisición, y otro de Garachico, por un pleito judicial en el siglo XVII. Asimismo, comentó la “gran tradición teatral” con la que contaban pueblos como Tejina, que incluso, hacían pequeñas giras en el interior de la Isla y realizaban sus propias obras.
En este repaso, José Antonio Ramos también mencionó la Casa Ossuna, en La Laguna, en la que se encontraba una sala que acogía representaciones en su época, y la Sociedad Filarmónica de Santa Cruz. Aclaró que en esta última, que surgió en los años 20, se ofreció la primera formación de actores de la que se tiene constancia, aunque se creara principalmente para la música.
Por último, destacó El diario de doña Aguilar, en el que se describe “la llegada de la goleta de Cádiz, con actrices y cómicos para representar por primera vez en la Isla”.