Equipo de 'ultimate' de la Universidad de La Laguna. Foto: A. R. H.

El ‘ultimate’, un deporte peculiar

Deportes

El ultimate es un deporte que se práctica con un disco volador. Esta modalidad consiste en que dos equipos de siete jugadores compiten en un campo de juego de dimensiones aproximadas a las de un campo de fútbol, pero más estrecho. En cada extremo del terreno de juego hay una zona de anotación. Cada equipo defiende una zona. Se marca un gol si un jugador coge el disco en la zona opuesta. Cada vez son más las personas que lo practican, integrándose así en las clases de educación física de Primaria y Secundaria.

En los servicios de deportes de las diferentes universidades, se está fomentando el desarrollo de este deporte, que nació hace 50 años en Estados Unidos, y esta no iba a hacer menos. La ULL cuenta con un equipo de ultimate que desarrolla diversos torneos y cada martes y jueves llevan a cabo sus entrenamientos con la finalidad de seguir divulgando esta modalidad y que cada vez llegue a más gente.

Los diferentes jugadores del equipo de la ULL destacan el ambiente de cordialidad que predomina en los torneos. Así lo hace saber Adrián Regalado, que a pesar de que este deporte no sea muy conocido, le encanta porque predomina por encima de todo el ambiente de cordialidad y amistad. «Los rivales no son enemigos, son adversarios», destaca Sonia Bueno, que ve en el ultimate una fuente de amistad más poderosa que en ningún otro ejercicio físico.

Jugar sin árbitro fomenta el juego limpio


Además, señalan que el hecho de jugar sin árbitro fomenta el juego limpio. En esta línea, la jugadora asevera que «al no haber juez no vamos a engañarnos a nosotros mismos». Siguiendo por estos cauces, Luis Martín, integrante de la plantilla, afirma que le parece raro que no haya un colegiado, aunque resalta que esto le gusta debido a que obliga a todos que haya un consenso para decidir las jugadas. «El espíritu de juego es lo mejor que tiene esta modalidad», destaca.

Al ser un deporte tan poco conocido, resulta curioso el camino y las circunstancias que han llevado a ciertos componentes del equipo a pasar sus tardes lanzando e interceptando un disco volador. Todos aseguran que estaban hartos de los deportes tradicionales y mayoritarios, como el fútbol o el baloncesto. Alberto Martin, uno de los jugadores con más años en la plantilla, señala que empezó en este «mundillo» porque se llegó a cansar de otros deportes. Un caso peculiar fue el de Luis Martín, que expresa que jamás tuvo pensado participar en este equipo. «Yo sinceramente no conocía ni este deporte, pero cuando iba al gimnasio los vi, me llamó la atención y quise probar con ellos… hasta hoy», declara el jugador.

Un aumento de la popularidad


En cuanto al tema de la popularidad, varios jugadores afirman que un aspecto muy importante es la promoción que se le da en los medios de comunicación. Sonia Bueno asegura que su poca afición respecto a otros se debe esencialmente a que «es un deporte muy joven, aunque a pesar de esto estamos consiguiendo mucho». Con vistas al futuro son optimistas y esperan que siga creciendo, y por ende, aumentando el número de gente afín al Ultimate. Además, Alberto Martín hizo hincapié en que han anunciado esta modalidad preolímpica, lo cuál estima que es muy positivo y es una gran alegría para ellos.

Respecto a la finalidad con la que se encuentran en el equipo, hay diversas discrepancias. Algunos como Adrián Regalado afirma que lo hace simplemente como vía de escape a los exámenes y trabajos, es decir, para desconectar. Sin embargo, Alberto Martín tiene una visión más profesional y destaca que quiere seguir mejorando y progresando, para llegar lo más lejos posible desarrollando este ejercicio físico.

¿Hay cosas malas que tiene el ultimate? Pues como en todo, también las hay. Así lo hace saber Sonia Bueno que asegura que es un deporte que genera muchas lesiones al haber una gran cantidad de cambios de ritmo. Siguiendo por esta línea, Luis Martín cree que lo peor es la poca publicidad que tiene, aunque espera que esto cambie con el paso de los años.

«Animo a la gente a acudir a alguna clase con nosotros, descubrirán un deporte nuevo y se lo pasarán muy bien», dice Adrián Regalado. Al igual que Sonia Bueno, que considera que quiere que se apunte más gente, principalmente por el ambiente de amistad que se respira. Además, tanto Alberto Martín como Adrián Regalado ya sabían antes de entrar a la ULL que quería entrar en el equipo. Todo lo contrario, le sucedía a Luis Martín, que reconoce no conocer el juego hasta antes que ingresó en la Universidad.

Respecto a las reglas más llamativas, todos afirman que la más sorprendente es que no hay contacto. También destacan que no se pueden mover con el disco y al no haber árbitros siempre tienen que explicar la falta que pita el propio jugador.

«Para empezar a jugar hay que vivir con un disco»


Victor Pérez Morales es uno de los entrenadores del equipo. Él asegura que lo que más le gusta de este deporte es el espíritu de cordialidad y la gran convivencia que hay dentro del terrero de juego.  Además, coincide con varios de sus jugadores y considera que el ultimate seguirá creciendo, aunque cree que muchos deben de poner de su parte para conseguir esto. El monitor asevera que están trabajando con el Cabildo tinerfeño para organizar torneos entre institutos y ofrecer talleres de iniciación para los más jóvenes. Estas iniciativas las considera importante para que este deporte vaya calando dentro de la sociedad.

«Para mí lo más raro es ver un partido con árbitro. La falta de esta figura mejora la deportividad y para nosotros es un orgullo ser prácticamente el único deporte colectivo del mundo en el que no necesitamos a un juez», afirma Victor Pérez. No obstante, asegura que vería sentido a un colegiado en decisiones externas como ayudar si fue o no fuera de banda en una jugada. Por lo demás «estamos encantados así», apunta el monitor.

«Me llamó la atención lo vistoso que es el deporte. Me pasaba día viendo al disco volar entre pase y pase. La gente veía partidos de fútbol y yo de ultimate«, reconoce con nostalgia Morales. Desde su figura señala que para empezar en este mundillo hay que pasarse días y días con un frisbee. «Se tiene que vivir con un disco para poder jugar», afirma con un tono irónico el míster. Un poco más serio expresa que si no se mejora la calidad, por mucho físico que tengas el jugador se verá muy limitado. «Este deporte es meramente técnico», sentencia el entrenador.

 

Nací en Lanzarote un 11 de octubre de 1999. Desde entonces soy un enamorado del periodismo. Dispuesto a aprender cada día y con ganas de conocer en profundidad esta maravillosa profesión.

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