Sara Gómez González tiene 18 años y estudia el grado de Educación Infantil en la Universidad de La Laguna. Compagina sus estudios con una de sus grandes pasiones, el baloncesto. El Club Baloncesto Valle Arautapala ha sido su segunda familia durante más de una década. En la actualidad, es entrenadora de una de las categorías inferiores de su equipo, Minibasket Femenino, que comprende edades de 9 a 12 años. Desde sus inicios tiene claro que «con organización hay tiempo para todo, solo es cuestión de complementarlas y amoldar los horarios de forma que se realice todo a su debido momento».
En sus comienzos, sus compañeras y rivales tenían dos años más que ella, motivo que le ayudó a crecer y aprender mucho como jugadora. No obstante, desde el principio sabe que para progresar es necesario tener ganas, actitud y constancia. En su vida deportiva ha tenido buenas rachas donde ganaban muchos partidos y se sentía cómoda en la cancha y otras en las que no estaba al cien por cien motivada y creía que no podía dar más de sí. Sin embargo, piensa que hay continuar luchando porque al final lo que te impulsa y te da la fuerza y energía para seguir adelante es el equipo.
Lo mejor que le ha dado su disciplina ha sido a las personas que ha conocido y a la vez todas esas convivencias, campus y demás que le han hecho compartir experiencias de verdadero equipo. Además, esta es su primera temporada como entrenadora. «Siento orgullo y felicidad al ver que se divierten y valoran la importancia de jugar en equipo», explica la futura maestra. Asimismo, apunta que es importante que se vincule a los niños y niñas desde pequeños para que desarrollen habilidades y capacidades sociales que le ayudarán en sus vidas.
«No imagino un futuro sin competir o entrenar»
Por otro lado, el coronavirus ha provocado la cancelación de la competición y una adaptación de los entrenamientos para que cada una pueda ejecutarlo desde su casa. Considera que este confinamiento nos ayudará a cambiar y a estar más unidos. Sin embargo, el mayor problema que ve con esta situación es que para mejorar la técnica se necesita balón y canasta. A pesar de ello, entrena más físico y con lo que puede tecnificar un poco, dice que tenemos que tener en la cabeza que, «ahora todos estamos en un mismo equipo para vencer al COVID-19»
En cuanto a sus proyectos de futuro, tiene pensado seguir jugando en su actual equipo. Reconoce que no se imagina sin competir o entrenar, ya que es algo que aporta muchas cosas positivas en su vida: «En este confinamiento reparo en lo necesario que es el baloncesto para mí».