“En realidad, tengo tres clones”, bromea Francisco Pomares a propósito de su apretadísima agenda una vez concluida la entrevista. “Uno es editor, el otro, periodista y el último, profesor”, sentencia. Sin embargo, a todas esas tareas se le agrega otra: la de director de la Fundación Cine + Cómic, que este año toma las riendas de la decimoquinta edición del Salón Internacional del Cómic y la Ilustración de Santa Cruz de Tenerife. El evento se celebrará entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre, en el Centro de Arte La Recova, y en él se dará refugio a la obra de referentes de dentro y fuera del Archipiélago.
Son pocos los espacios periodísticos de alcance regional que no cuenten con su colaboración. ¿De dónde surge su vocación por la profesión? “Todos los autónomos tenemos que trabajar duro para ganarnos la vida, por eso procuro ir siempre allá donde me llaman. Al margen de eso, el periodismo no es la actividad a la que más tiempo le dedico. Mi prioridad es mi trabajo al frente de la editorial, invierto muchísimas horas en ella. De cualquier modo, como muchos críos de mi generación, crecí leyendo los cómics de Tintín. Yo creía que ser periodista era viajar alrededor del Mundo, como el reportero belga, que se recorrió el Planeta sin haber firmado un solo artículo. Está claro que me equivocaba”.
«Siempre he mostrado mucho interés en narrativas diversas»
Sin embargo, el periodismo no es su única pasión. ¿Qué papel ocupan el mundo del cine y el cómic en su vida? “Son aficiones. Pese a que no ocupan un papel fundamental, siempre he mostrado mucho interés en narrativas muy diversas. Aunque algunos colegas no están de acuerdo, pienso que los periodistas compartimos un discurso ficcional y construimos nuestros relatos en base a unos códigos narrativos singulares. Eso me llevó a aficionarme a la lectura de todo tipo, incluidas las basadas en la imagen secuenciada, como el cómic y el cine».
Entonces, ¿todo comenzó por casualidad? «Hace algunos años, después de haber estado leyendo y coleccionando tebeos, descubrí que dejarles ese legado a mi familia era un roto bastante feo. Por eso monté una fundación con otros amigos y mis propios hijos dedicada al estudio de la narrativa ilustrada y cuya principal función es mantener el legado de esos cincuenta mil álbumes que he ido acumulando a lo largo de mi vida”.
“El ocio cambiará la concepción que tenemos de la economía en los próximos decenios”
El binomio cine + cómic es una suma. ¿Cuál es el resultado de esa operación? “Dolor de cabeza. Si hubiera sabido que esto iba a ser tan complicado y me iba a quitar tanto tiempo, probablemente me lo habría pensado mejor y habría saldado mis cómics en el rastro. No solo mis novelas gráficas, también mis películas: a lo largo de mi vida he atesorado más de treinta mil cintas. Al final, hermanar ambos géneros parece el paso más lógico. Son dos soportes que comparten la imagen en movimiento como principal sustento. La única diferencia es que el cómic, por lo general, precisa de un trabajo de autor, requiere de mucho talento y destreza en el dibujo. El cine, por su parte, requiere de toda una industria que lo respalde. No obstante, el registro es similar: los filmes empiezan siendo cómics cuando se plasman en el storyboard”.
Tanto el cine como el cómic son, quizás, los sectores artísticos más desprestigiados en la actualidad. Para muchos, es solo una cuestión de ocio. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? “Creo que esa idea de banalización y desprestigio es un tanto arcaica. El cine es la narrativa predominante de los siglos XX y XXI, aunque ahora está sufriendo una colonización progresiva por parte del lenguaje televisivo como consecuencia del auge de las series. Sin embargo, es imposible refutar su impacto en el mainstream. Todas las artes empezaron estando vinculadas al mundo del ocio, incluso la música clásica y la pintura, que estaban estrechamente ligadas al divertimento de las élites».
«El ocio se ve de otra manera»
¿Y qué ocurre ahora? «Probablemente lo que esté ocurriendo es que se está produciendo un cambio de paradigma en la perspectiva que se tiene del ocio. Yo tengo la certeza de que avanzamos hacia un futuro que se verá más definido por nuestro papel como consumidores que como productores. Por todo ello, estoy absolutamente convencido de que el cine es una de las áreas más destacadas entre la producción artística de hoy en día”.
¿Opina lo mismo con respecto al cómic? “Insisto: el ocio tendrá un papel fundamental en los próximos decenios. Por eso tampoco creo que el cómic tenga una mala reputación. Es cierto que no tiene el mismo efecto mainstream y eso lo vuelve más desconocido, pero en países como en Francia y Estados Unidos constituye una de las industrias culturales más potentes. El género de superhéroes, nacido entre viñetas, tiene un gran impacto en el pop art, la cultura e, incluso, en las relaciones humanas. Además, ha proyectado obras maestras como Watchmen, que redefinió las dimensiones que puede abarcar el mundo de los superhéroes”.
“En Tenerife hay artistas que viven de dibujar para Marvel”
¿Existe en España una cultura del bocadillo (y la viñeta) consolidada? “Sí. España ha tenido una industria basada en el público infantil y juvenil con cierta importancia. Hoy en día su impacto en el PIB es insignificante, pero eso no la desmerece. Durante muchos años hubo agencias que surtían de trabajo artístico a grandes firmas francesas o norteamericanas. Un dato sorprendente es que, en realidad, tan solo en Tenerife hay cuatro o cinco dibujantes que trabajan de forma asidua para Marvel y que, además, viven de ello. Paolo Armitano, por ejemplo, es un autor afincado aquí que ha creado uno de los mejores Batman de DC de los últimos años. Pienso también en Carlos Pacheco y David Baza, que representan el extraordinario mapa de artistas nacionales que se ponen al servicio de grandes franquicias del calibre de Star wars”.
El evento vuelve tras un parón de diez años… «Quien tomó la decisión de suspender el salón después de catorce ediciones fue la concejala de Cultura, Ángela Mena, mujer del expresidente del Gobierno, Paulino Rivero. Desde entonces, Santa Cruz de Tenerife se convirtió en la única provincia que no tenía una jornada vinculada al mundo del cómic. Nuestra decisión fue recuperar el evento, pero ahora alejándonos de las formulaciones de salones tradicionales como los que exporta el modelo de la Comic-Con, basados en actividades paralelas como el baile o el cosplay».
«De momento solo nos apoya el Ayuntamiento de Santa Cruz»
Llegaron con ideas novedosas… «Nuestra propuesta presenta un corte más académico, más museístico, con exposiciones y actividades centradas en la difusión del cómic. Conseguir algo así es muy caro. La Fundación hace una inversión elevadísima, pero servirá para demostrar que este tipo de encuentros funcionan y, entonces, vendrán otros que también apostarán por él. De momento solo contamos con el apoyo del Ayuntamiento de Santa Cruz, que aporta alrededor del 25 %”.
¿Por qué deciden relanzarlo justo ahora? “La Fundación lleva activa algo más de dos años y, hasta ahora, nos hemos dedicado más a la organización de actos puntuales junto a Charlas de Cine, otra asociación de temática similar. Sin embargo, siempre tuve en la cabeza la idea de retomar el salón en cuanto fuera posible, no solo como lugar de encuentro entre profesionales del sector, sino también como mecanismo para atraer a personas del extranjero para que entraran en contacto con lo que se hace en las Islas. También tenemos la vocación de que vaya muy hermanado con el evento similar que se lleva a cabo en Las Palmas de Gran Canaria quince días antes”.
La diversidad también es importante en el Salón del Cómic
El Salón acogerá exposiciones de artistas canarios, pero también veremos cómics que narran la historia aborigen del Archipiélago y a todo eso se le suma la presencia de múltiples negocios locales. ¿Goza de buena salud el tebeo en las Islas? “Se ha producido una reformulación de la industria del cómic, generando así una demanda mucho más elevada. El único problema es que hay un exceso de oferta: actualmente se está editando demasiado y, como lectores, es difícil atender todo ese nuevo flujo de productos. Pese a todo, es muy buen momento para la publicación, la lectura y el disfrute del tebeo, ligado también con el florecimiento del mundo de la ilustración gracias a la difusión electrónica. En definitiva, considero que tanto los artistas como los aficionados canarios tienen acceso a una gran diversidad de oferta y pueden encontrar respuesta a sus necesidades”.
Hace unos días, por primera vez, una mujer fue galardonada con el Premio Nacional del Cómic. Este año, en el Centro de Arte La Recova también habrá presencia femenina, como la de Alicia Warhola y Judith Gómez. ¿Es más duro hacerse un hueco como viñetista siendo mujer? “No lo creo. Pienso que una viñetista tiene los mismos problemas que cualquier otra mujer profesional de su sector. En estos momentos hay serias dificultades para conseguir un equilibrio entre ambos géneros en la sociedad en general. El mundo del cómic no es más machista, conservador o patriarcal que cualquier otro ámbito laboral. De cualquier modo, Warhola y Gómez son solo dos ejemplos, ya que hay más de quince artistas invitadas este año al salón”.
¿Podría recomendarnos una película inspirada en algún tebeo o a la inversa? “Hay muchísimas. Podría proponer V de Vendetta o Your name, ya que ambas serán proyectadas a lo largo de la semana en que se celebra el salón. Persépolis es maravillosa, una producción de animación extraordinaria. Son tantas que me resulta difícil enumerar tan solo unas pocas. Se han estrenado más de 500 cintas basadas en cómics en los últimos veinte años, sin contar con las que produce la industria de los superhéroes”.