Con la gala de The Game Awards a la vuelta de la esquina, se echan de menos grandes producciones nominadas a mejor juego del año. Resident Evil: Village quizás sea el proyecto con mayor inversión entre ellos. Lo cierto es que numerosos títulos de gran presupuesto han salido al mercado con errores y fallos que han dificultado el disfrute de la clientela. Se trata una tendencia que parece empezar con el escándalo Cyberpunk 2077 a finales de 2020, a la que se suman Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition y el reciente Battlefield 2042. Está claro que existe un problema interno de la industria que se debe resolver.
Se trata de un tema serio. La nueva entrega de Rockstar contabiliza más de cien errores, en su mayoría gráficos, para los que ha tenido que lanzar un parche corrector. Sin embargo, el debacle no termina aquí. La compañía ha puesto una nueva fecha de salida para la versión física el 17 de diciembre, once días más tarde de lo esperado. El equipo que estaba trabajando en las versiones online de GTA V y Red Dead 2, ha tenido que ponerse manos a la obra para corregir los errores que presenta la colección.
Mejoras de estabilidad, una cámara cinematográfica, errores ortográficos en los textos y señalizaciones o varios casos en los que la lluvia aparecía en el interior durante las escenas, son algunas de las correcciones más relevantes. Lo negativo de todo esto no es que hayan tenido que solucionar problemas, sino que Rockstar haya permitido poner en el mercado una obra con tantos fallos.
Battlefield 2042, el nuevo shooter bélico centrado en la experiencia multijugador de DICE y EA, no ha comenzado con buen pie. Tras las quejas generalizadas que recibió el acceso anticipado por su cantidad de bugs y problemas de rendimiento, el título debutó con reseñas mayoritariamente negativas. Por si no fuera suficiente, según los datos recopilados por SteamDB (vía VG247), el juego está perdiendo una gran cantidad de personas que juegan.
Durante estas últimas 24 horas se han contado 34 005, un número que a simple vista puede parecer muy alto, aunque está muy por debajo de las 105 397 personas que disfrutaron del título en su estreno. No hay que olvidar que se trata de una experiencia enfocada a la modalidad multijugador, por lo que estos datos atentan contra una comunidad que se espera que que esté activa.
La falta de creatividad, una lacra que se venía anunciando desde hace tiempo
Uno de los principales motivos de los que se queja la clientela desde hace tiempo es la falta de creatividad. Son pocos los nuevos nombres que salen al mercado. Los desarrolladores están invirtiendo su tiempo en anunciar secuelas de títulos ya conocidos o remasterizaciones de antiguas obras. No hay más que ver el catálogo: Mass Effect Legendary Edition, Crysis Remastered Trilogy, Mafia: Definitive Edition…
Si bien puede ser positivo para aquellos que no los hemos podido disfrutar, deja ver una carencia de ideas importante. A su vez, hay empresas que buscan continuar produciendo secuelas, algo que puede resultar repetitivo para la audiencia. Es el caso de Call of Duty: Vanguard, que no ha triunfado. Una encuesta realizada por gameindustry.biz a 671 asistentes a convenciones de videojuegos en los últimos meses sobre sus hábitos de compra, desveló que solo el 21% adquirió la última entrega de la saga.
El 34% dijo que había jugado demasiado a Call of Duty últimamente, y el 14% dijo que ya estaba contento con Call of Duty: Warzone. Otro 11% dijo que estaba esperando específicamente otro juego para jugar, y algunos ofrecieron Battlefield 2042 y Halo: Infinite como ejemplos. Algunos lo achacan a una crisis del género shooter, yo a un acomodamiento y falta de comunicación con el público.
Esta tendencia de no ser fiel a lo que se anuncia en la primera muestra al público está siendo más común de lo que parece. Quizás los desarrolladores estén pidiendo poder crear juegos para las nuevas generaciones de consolas. A lo mejor ya no se encuentran motivados trabajando para la generación actual. Sea cual sea el motivo, esta falta de rigurosidad resta prestigio a unas compañías que siempre demostraron tenerlo.
