Drogas, alcohol, violencia, enredos amorosos o sexo son los ingredientes para que, una vez introducidos en la coctelera y vertidos en un vaso, se transformen en la mezcla perfecta para las nuevas generaciones. Euphoria lo tiene, y sabe como explotarlo, aunque, en muchas ocasiones, resulte algo grotesco e innecesarios. Otras series como Skins o Élite se quedan bastante alejadas de la realidad, real o imaginaria, que podemos observar en esta a lo largo del recorrido de sus capítulos. Basada en su homónima israelí creada por Ron Leshem y Daphna Levin, la versión americana ha conseguido ser la segunda mas vista en la plataforma HBO, quien acaba de encontrar a su gallina de los huevos de oro tras Juego de Tronos.
Los primeros minutos ya son una antesala de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de la historia. Todo comienza con Rue (Zendaya), una joven drogadicta, que está en una espiral de autodestrucción y que, tras la muerte de su padre, comienza a seguir un camino con un único objetivo: no sentir. Entra y sale de rehabilitación, pero tiene claro que seguirá consumiendo, no posee la capacidad de decir que no a la sensación de alivio que le produce el consumo.
El vació existencial y la falta de una identidad propia, la sumergen en un mundo de descontrol e inseguridad constante. Pero no es la única, personajes como Nate (Jacob Elordi) o Kat (Barbie Ferreira) también luchan contra sus demonios. El primero es un triunfador. Un líder con ansias de poder y un descontrol emocional importante, que lo lleva a manipular y mentir; la segunda, la típica adolescente con problemas de autoestima que solo quiere destacar.
Euphoria puede no ser la típica serie adolescente a la que estamos acostumbrados. Con un ambiente más oscuro, nos lleva a ser observadores del retrato de una generación perdida y sin rumbo, cuya necesidad es vivir el día a día sin pensar en un futuro incierto y desolador. Con una falta de comunicación emocional con los padres y entre los personajes, su comportamiento parece más guiado por impulsos temerarios que por un razonamiento claro.
Los aspectos más controvertidos, además del hecho de ver cómo se drogan, son las escenas de sexuales; algo que creó mucho revuelo el día de su estreno y que muchos no entienden el porqué. Aunque los desnudos son bastantes paritarios en ese aspecto, la pornificación del deseo carnal y la intimidad puede llegar a preocupar, ya que es algo que se está extendiendo dentro de la sociedad mas juvenil.
Una óptica extrema, quizás llevada a un límite exagerado, generalizada y funesta de lo que realmente es el sueño americano. Dirigida por Sam Levinson (Assassination Nation), la serie aborda desde la depresión, las redes sociales y la apariencia hasta la disfuncionalidad, la angustia o el machismo.
La serie fue estrenada el 16 de junio de 2019, siendo renovada ese mismo año por una segunda temporada. Aunque ha recibido todo tipo de críticas, ha conseguido alzarse con varios Premios de la Academia Británica de la Televisión al Mejor Programa Internacional y el Premio TCA por Logro Destacado en Drama. La actriz principal, Zendaya, obtuvo el galardón Primetime Emmy, siendo la persona más joven en ganarlo en esa categoría. En febrero de 2022 se confirmó que habría una tercera temporada.