Con un comienzo por todo lo alto en el pico del Teide, la Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui concluyó ayer sábado, 19 de junio, tras un mes de reivindicaciones. A las 9.30 horas, las columnas Norte y Sur ya estaban preparadas en Taco y La Cuesta para salir caminando hasta el parque de La Granja. Allí, centenares de personas canarias y saharauis se reunieron para continuar una protesta que lleva viva décadas, desde la invasión marroquí del Sáhara Occidental en 1975 y la interrupción por parte de España de su proceso de descolonización.
Después de calentar motores con consignas, banderas, carteles y música, la manifestación se trasladó a la Subdelegación del Gobierno, pasando por la Plaza Weyler. En esta nueva ubicación, se quiso compartir una parte de la cultura saharaui a través de canciones, danza y boles con dátiles y leche. Además, un grupo de representantes pronunció una serie de pequeños discursos que sacaron a relucir un objetivo común: proseguir la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui.
Anselmo Fariña, miembro de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui, se encargó de decir algunas de las palabras que cerraron la Marcha. Destacó la importancia de que el Gobierno español «asuma sus responsabilidades como potencia administradora e impulse definitivamente una solución pacífica, que solo se puede dar sobre el derecho a la autodeterminación». Con contundencia, añadió que «sin justicia, no hay paz. Sin libertad, no hay justicia».
Soukaina Ndiaye, representante saharaui, incidió en que su pueblo se siente profundamente arropado por el canario. Mostró un agradecimiento que también expresó Hamdi Mansur, quien habló en representación del Frente Polisario. Según sus palabras, es la cultura, la historia y la geografía las que unen de manera clara y contundente a ambas poblaciones, y que ello se demuestra con la gran participación que tuvo la Marcha durante el mes que duró. Finalmente, recalcó que la lucha por la independencia continuará hasta que sea efectiva.
Por toda Canarias y España
La movilización no se limitó a Tenerife, ni siquiera al Archipiélago. Todo el territorio español se involucró de muchas formas diversas en esta protesta multitudinaria. Columnas de caminantes procedentes de todas las zonas del país confluyeron en una marcha que llegó a Madrid, también ayer, para llevar a cabo una manifestación en la Puerta del Sol. Asimismo, otras marchas se llevaron a cabo en el resto de islas del Archipiélago.
A lo largo de este último mes, las reivindicaciones se han hecho notar mediante actuaciones musicales y humorísticas, pintura, literatura o actividades familiares, entre otras. Destaca la iniciativa llevada a cabo por un grupo de salto del pastor en La Palma, también ayer sábado. Este descendió el risco de La Concepción con banderas saharauis y con una pancarta que reclamaba su independencia, mezclando y fundiendo las culturas de ambos pueblos bajo lo que Mansur denominó «una bandera de solidaridad».