Dentro del I Seminario de Investigación Teatral y Muestra Escénica promovido, entre otros, por el departamento de Filología de la Universidad de La Laguna, se realizó ayer viernes la conferencia Yo también, Bernarda Alba, en el Laboratorio de las Artes en Vivo, en el Teatro Leal. La charla, coordinada por la dramaturga, directora y productora de teatro Mar Gómez González, estuvo centrada en el papel de la mujer dentro de la creación artística, el proceso histórico que la ha llevado a lograr un espacio en los escenarios y el debate en torno a la carencia de referentes femeninos.
La ganadora en 2011 del Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca por su obra Cifras quiso recordar a los presentes el rol femenino en las tragedias griegas, citando, por ejemplo, Las troyanas de Eurípides. “La mujer en la Antigua Grecia era un cuerpo”, reflexionó sobre las limitaciones creativas en esta época. La profesional llevó más allá esta afirmación y realizó una comparativa con la actualidad, haciendo referencia al revuelo que suscitó la falta de nominaciones femeninas en los Premios Max de 2016.
“Hay que admitir, sin embargo, que hemos bebido mayoritariamente de la cultura de los hombres”, expuso Gómez. Además, añadió que «el hecho de que la cultura haya sido dominada, generalmente, por el sexo masculino, ha desembocado en la escasez de referentes femeninos en prácticamente cualquier disciplina». La conferenciante admitió haber pasado por “una fase combativa en la que solo leía a mujeres”. Con el tiempo, se percató de la importancia de no renegar de los autores masculinos y subrayó que “muchos autores hombres de los que tenemos cierta influencia también deben ser reconocidos en esta cultura que estamos creando nosotras”.
Respecto a su experiencia personal como escritora, tanto en teatro como en prosa, la dramaturga planteó las diferencias que ha percibido entre estas dos áreas. “Escribir teatro es redactar para un público y configurar una comunidad de espectadores». Gómez, del mismo modo, planteó las limitaciones que ha sentido a la hora de crear una obra y manifestó que “una es la escritora que puede y no la que quiere”, ya que cada persona escribe “adecuándose a su universo personal”.