Tendría que esforzarme para recordar un género más sobrexplotado y ridiculizado que el de los tiburones. Desde que este subgénero nació y tocó techo en 1975 con Tiburón, la primera obra maestra de Steven Spielberg, solo le han seguido una sucesión de películas mediocres y esperpénticas, ya fueran películas que trataban de imitarla, secuelas legítimas, tv movies cutres y más recientemente, películas gamberras y estúpidas, como la popular y extravagante saga Sharknado. Si bien es cierto que entre toda esa morralla, han surgido de vez en cuando proyectos más serios, ninguno ha sido realmente memorable. Este año el director Jaume Collet-Serra, quien tiene el honor de ser el primer director español en conseguir ser número 1 en taquilla en Estados Unidos, nos trae una propuesta seria y minimalista, que se estrenó el pasado viernes en nuestro país, precedida por una crítica americana que no ha dudado en calificarla como la mejor de tiburones desde Tiburón. ¿Tendrán razón o exageran?
Nancy (Blake Lively) es una joven que trata de superar la pérdida de su madre. Un día, haciendo surf en una playa solitaria se queda atrapada en un islote a sólo cien metros de la costa. El problema es que un enorme tiburón blanco se interpone entre ella y la otra orilla.
Reconozcámoslo, la premisa de original tiene poco. Es una historia que en unas manos inexpertas podría convertirse en una mediocre película de serie B. No obstante, Jaume Collet-Serra ha demostrado ser un director eficiente y un narrador contundente, algo que queda especialmente patente con esta película, donde explota a la perfección las cartas que tiene sobre la mesa.
El ritmo y la tensión son los elementos más importantes de una cinta de este tipo y Collet-Serra los emplea de manera ejemplar, haciendo que estemos pegados a la butaca desde el momento en que el tiburón hace acto de presencia o, incluso, un poco antes. Nada de esto funcionaría si la protagonista no nos importara, algo demasiado habitual en estas películas, pero se las arreglan para que en apenas cinco minutos conozcamos a Nancy y nos encariñemos con ella. Tampoco podían faltar los homenajes a Tiburón, no solo en cuanto a planos concretos, sino en estilo, ya que prescinde de momentos de violencia extrema en favor de situaciones en las que no vemos lo que el tiburón está haciendo, lo que resulta muy efectivo.
La mejor interpretación de Blake Lively
En el lado interpretativo destaca con diferencia la protagonista, Blake Lively (The Town, Green Lantern) que hace un espléndido trabajo, posiblemente el mejor de su filmografía. Del resto del reparto hay como que añadir, apenas tienen presencia y diálogo, aunque el personaje de Óscar Jaeneda resulta simpático.
En los aspectos técnicos la película cumple sobradamente. La fotografía es preciosa, los efectos sonoros estupendos y los efectos especiales son impresionantes, teniendo en cuenta que la película tuvo un escueto presupuesto de diecisiete millones de dólares, lo cual no ha impedido que el tiburón tuviera un aspecto hiperrealista en todo momento. La banda sonora es el eslabón más débil de la cinta. Acompaña bien al film pero salvo en un par de escenas no se hace notar demasiado.
Jaume Collet-Serra firma uno de sus trabajos más logrados. Una película muy eficiente y entretenida que cumple bien su propósito. Es la mejor de escualos desde Tiburón, aunque hay que dejar claro que no se le acerca en absoluto. La califico con un notable bajo.