La bióloga María Antonieta Quispe Ricalde, de la Universidad de San Antonio Abad de Cusco (Perú), está en estos momentos realizando una estancia de dos meses de duración en el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna, invitada por la investigadora adscrita a dicho centro Pilar Foronda Rodríguez. Ambas están colaborando en varios proyectos sobre detección y prevención de organismos patógenos zoonóticos, es decir, relacionados con animales con capacidad para transmitir enfermedades a humanos.
Las investigadoras están trabajando sobre organismos como el angioestrongylu, las bacterias yersinias y la bacteria bartonella, entre otras. Como explican, Perú es un país con alta incidencia de mucha parasitosis y hay serios problemas en salud pública, por lo que es especialmente relevante este tipo de investigaciones tanto para su detección, diagnóstico y vigilancia.
Trabajos con roedores
De forma particular, Quispe Ricalde ha venido a trabajar en el control y vigilancia de roedores y de otros vectores de una bacteria patógena, que es la yersinia, “una bacteria cuyos reservorios están prácticamente conviviendo con las personas”. Ya en 2011 las investigadoras realizaron y publicaron un estudio sobre vigilancia de esta bacteria en una población rural de Perú con resultados positivos, en la que detectaron las tres especies de roedores que la transmiten, y ahora el objetivo es hacerlo en zonas urbanas.
El problema principal problema de esta bacteria es que una de sus subespecies, la yersinia pestis, causa la peste y ya se la considera re-emergente porque ha habido brotes importantes en algunas partes del mundo, como Madagascar. “Es una enfermedad olvidada en los países desarrollados”, explica Foronda, “por lo que para nosotros fue un hallazgo inesperado que hubiera una prevalencia de ese tipo en estas zonas de Perú”.
Elementos a tener en cuenta
Los estudios que se realizan están enfocados a encontrar posibles métodos de control, para lo cual el primer paso es detectar exactamente qué hay en la zona: prevalencia, especies hospedadoras y artrópodos transmisores. Por ejemplo, en yersinia pestis hay que buscar las pulgas que las transmiten a las ratas hospedadoras, las cuales no mueren por tener este parásito peor son mortales para los humanos si los llegan a morder.
Quispe Ricalde explica que en 2009 ya hubo un brote de peste en Perú y ahora le problema es que se sospecha que se reportan menos caos de esta enfermedad de los que realmente existen, porque hay carencia de las condiciones adecuadas para hacer un buen diagnóstico, y menos para hacer vigilancia de roedores.
«Si previenes, ahorras porque tienes menos gastos en salud pública»
Foronda explica que dicha vigilancia es cuestión de planificación y acaba siendo rentable: “si previenes, ahorras económicamente hablando porque tienes menos gastos en salud pública. Si adoptas un método de control, el beneficio está asegurado”. Revela que en Canarias también han realizado estudios en roedores y también han encontrado “cosas que no se esperaban que estuvieran”, pero por ahora la situación está controlada porque en las ciudades sí se hace control de roedores. “No es un método muy caro de control de roedores, simplemente poniendo trampas y venenos en las zonas que no afecten a la salud humana, podrían prevenirse cosas que no se sabe hasta qué punto están”.
Otros proyectos sobre patógenos zoonóticos de este equipo está enfocado en el Angiostrongylus cantonensis, un gusano que está en los pulmones de las ratas que puede producir daños en el sistema nerviosos central que deriven en meningitis o epilepsia.
Se han extraído proteínas de ese parásito como método de diagnóstico, para detectar la presencia de anticuerpos en otros animales. En primer lugar, se realizó sobre roedores con la idea de extrapolarlo a otras especies. “Ya tenemos colectados algunos sueros con los que estamos empezando a estudiar”.
«Hay casos de meningitis en los que no se puede determinar bien el origen»
El parásito apareció en Canarias en 2010 y no se suele buscar, pero con este método ya hay una posible vía de identificación de alguna trasmisión a humanos. “Hay casos de meningitis en los que no se diagnostican el agente etiológico porque hay muchísimos causantes, entre ellos enfermedades autoinmunes, es decir, ningún patógeno”.
Normalmente, Angiostrongylus cantonensis se transmite a través de moluscos crudos, por lo que en Canarias a priori no hay gran peligro porque no es una práctica habitual, pero sí en otras zonas como en Asia, el Caribe o Sudamérica. “En Ecuador ha habido muchos brotes en niños porque se comen los caracoles de camino a la escuela”, explica la investigadora peruana. Por ello, está planificada su búsqueda en el país andino, porque ha entrado muy fácilmente en Sudamérica al ser una especie invasora con una capacidad de adaptación enorme.
Quispe Riquelme no es una desconocida en la Universidad de La Laguna, pues realizó su tesis doctoral en el centro tinerfeño a partir de 1999 y permaneció algunos años en el instituto que ahora la acoge. Ha podido venir estos dos meses gracias a una ayuda del Vicerrectorado de Internacionalización. Y, aunque parece mucho tiempo, “no da para mucho. En Biología, las cosas no son tan predecibles, a veces fallan y hay que repetirlas. Estamos colaborando continuamente y hacemos estancias cuando podemos, porque, aunque mucho trabajo se hace a distancia, siempre se avanza más presencialmente”.