Ione Cansado: un as del ‘slackline’

Cultura / Ocio

La pluralidad dentro de la gamas de deportes seguidos en España es escasa. El abanico de opciones se torna dicromático a pesar de la variedad. Parece que solo cabe la oportunidad de elegir fútbol o baloncesto, blanco o negro. En este panorama tan limitado, del que Canarias no se salva, Ione Cansado Frías lucha por ampliar las alternativas trayendo el slackline a las Islas, un deporte extremo para el que solo hace falta una cuerda, equilibrio y ganas de aprender.  El joven tinerfeño, natural de Fasnia, cuenta lo angosto que ha resultado el camino para introducirlo en la sociedad.

El slackline no era nada conocido en España. ¿Cómo contactaste con él? «Pues la verdad es que lo conocí mediante un vídeo en internet. Me llamó la atención las vueltas, las piruetas que eran capaces de hacer con una cuerda. Era como saltar sobre una cama elástica».

Entonces decidiste lanzarte… «Sí, contacté con unos profesionales en la materia de Alemania y ellos me enviaron el material necesario para empezar. Fue en 2010».

Ione Cansado Frías

Ya tienes una larga carrera dentro del deporte. ¿Has participado en alguna competición? «Claro. He estado en cinco campeonatos del Mundo. Incluso estuve en Las Vegas concursando junto a los 14 mejores deportistas de slack del panorama internacional».

¿Con quién compartes la práctica del slack? «Comencé con unos de amigos del norte de la Isla. Ahora estamos agrupados por zonas: los del Norte y los del Sur. Obviamente pertenezco a la zona Sur».

¿Hay alguna diferencia entre los grupos? «Sí. Practicamos modalidades distintas. Los del Norte se centran en el longline, una cuerda larga para caminar sobre ella. Nosotros somos más del trickline, una cuerda de unos 20 metros con mucha tensión destinada a hacer piruetas».

Entrenas al aire libre. ¿Has tenido algún problema con las autoridades? «Lo que se entiende por problemas, no. Simplemente, a veces, he tenido que retirar las cuerdas porque lo ha ordenado un policía. Sin embargo, no todos son iguales. Algunos lo permiten. Las cuerdas requieren de dos puntos de anclaje, por ejemplo: palmeras. Y estas aún no son aprobadas por la totalidad de las autoridades».

«Necesitaríamos crear una federación para regular la práctica del slackline, pero implica una gran inversión económica»


¿Has llevado a cabo algún tipo de instrumento legal para normalizar el deporte? «Me gustaría hacerlo. El problema es que siempre piden dinero. Se necesita crear una federación que lo regule y eso implica una gran inversión económica».

¿De qué manera difundes algo completamente nuevo? «El resto de compañeros y yo empezamos a popularizarlo mediante la organización de concentraciones en el Parque de La Granja de Santa Cruz, principalmente. Ahí nos poníamos a practicar y a enseñar a todo el que quisiera aprender. También está Slackline Tenerife, una página del Facebook que ofrece información, fotografías y vídeos sobre el mundillo».

Visualmente, es una modalidad deportiva bastante atractiva… «Sí, llama mucho la atención. Además siempre reina un espíritu de tranquilidad y buen ambiente. Nos conocemos todos».

¿Se podría decir que son como una familia? «Por supuesto. ¡Y cada vez más grande! El slackline es bueno para el cuerpo y la mente. Ayuda a mejorar el equilibrio a nivel físico y la concentración».

 

Vivo a través de la fotografía empapada en filosofía y arte. La cámara es mi mano derecha. A veces busco ser la indómita niña del periodismo.