Francisco Javier Vázquez Fernández ha dedicado más de 33 años de su vida al arbitraje y, en la actualidad, es director técnico del Comité Tinerfeño de Árbitros de Fútbol. Hace algunas semanas, asistió como ponente invitado al curso El deporte desde otra perspectiva que organizó la Universidad de Verano de Adeje dentro de la programación de su última edición. El técnico habló sobre sus comienzo en este mundo, aportó una visión diferente del arbitraje y de este deporte.
¿Por qué decidió introducirse en el mundo del arbitraje? «Fue por casualidad y por ignorancia. No practicaba el fútbol de manera profesional y tampoco conocía esta figura. Yo jugaba al bádminton. No sabía donde me metía, pero el arbitraje genera una pasión que no se puede explicar. Me ha dado todo lo que soy en la vida. En los colegios profesionales hay un compañerismo que no se puede imaginar. Comencé porque me lo ofreció el conserje de la Casa de la Juventud a la que acudía. Empezaron a tratarme de tal manera que ya no supe decir que no. Le dedico muchas más horas al arbitraje que a mi propio trabajo».
«La mayoría de nuestros fallos están propiciados por las trampas de los jugadores»
¿A qué se debe la imagen negativa que se suele tener de los árbitros? «Hay dos motivos: el primero es que no se nos conoce en profundidad y de esto, en parte, tenemos la culpa los propios árbitros. Somos personas muy asépticas que, por ejemplo, no solemos conceder entrevistas. Lo referente a este mundo no suele interesar a nadie. Ningún periodista se acercaría a un técnico para preguntarle sobre su trabajo. En segundo lugar, tenemos que convivir con nuestros errores en cada partidos, pero la mayoría de nuestros fallos están propiciados por las trampas de los jugadores. El acierto del árbitro es efímero, pero el error te condena. Estas jugarretas no tienen ningún tipo de reproche social. Ha nadie le importaría que su equipo ganara la final del Mundial marcando un gol con la mano en el último minuto. Esto no sucede en otros deportes. Está muy poco reprochado hacer trampas en el fútbol».
¿Cómo podría haber un acercamiento por parte de los técnicos a la sociedad? «Con los medios de comunicación el fútbol es un espectáculo que va más allá de los noventa minutos que dura el partido. No vería mal que el árbitro entrase en ese juego y tuviera representación en las ruedas de prensa, por ejemplo. Ojalá que esto llegue, pero seguro que constaría mucho trabajo. Creo que humanizaría mucho nuestra figura».
«Creo que poco a poco el fútbol femenino irá ganado terreno hasta igualarse»
¿Cómo valora el papel de las mujeres en esta profesión? «En la actualidad, hay un boom enorme del fútbol femenino. Hace algunos años, era algo residual y ahora, cada año, aumentan los campeonatos. Todo son novedades y cada vez se está viendo más normalizado. En Tenerife, tenemos a Marta Huerta que es considerada la mejor árbitra a nivel nacional. A pesar de ello, el fútbol femenino no mueve lo mismo que el masculino. El dinero en este deporte lo controlan las televisiones, y las mujeres no tiene las misma representación que los hombres.Un técnico de primera división se estima que cobra sobre 300 000 euros por la temporada, una árbitra gana por partidos 130 euros. Es un desfase total. A pesar de ello, creo que poco a poco el fútbol femenino irá ganado terreno hasta igualarse».
¿Qué piensa sobre la inclusión del VAR en los partidos ? «Para el fútbol como generador de pasiones, creo que es algo negativo. A nadie le gustaría que pararan un partido para ver una pantalla durante dos o tres minutos. Al final la polémica está dentro de este deporte. A pesar de ello, evita ciertas injusticias que muchas veces se escapan. Además, creo que sirve como elemento disuasorio para los jugadores que intentan hacer trampas. Ahora habrá que engañar también al ojo que todo lo ve».
A menudo, los medios de comunicación se hacen eco de altercados en los campeonatos de fútbol base, ¿cómo podrían solucionarse? «Es muy difícil, pero hay una implicación total por parte de la Federación Tinerfeña de Fútbol para evitar estas disputas. Se han suspendido muchos partidos porque el ambiente no ha sido el adecuado. Hay muchos proyectos para concienciar a los jugadores y también a los padres, pero muchas veces las personas que acuden a las formaciones son las más concienciadas y las menos problemáticas».
