El humorista conejero Kike Pérez es una de las principales caras que representan la comedia en Canarias. Cada fin de semana es habitual verlo actuar en diversos rincones de la geografía isleña. Pese a ello, tras más de una década de carrera, confiesa que aún siente nervios antes de cada espectáculo, aunque sobre las tablas percibe la convicción y el respaldo a la decisión que le abocó al profesionalismo. Tras la presentación de Lo Massimo, junto a David Sainz, en el Aula Magna de Guajara, el show aterrizará en el Teatro CICCA de Las Palmas de Gran Canaria el próximo 27 de diciembre.
Su primera actuación fue en el local del hermano de un compañero en 2006. ¿Qué recuerda de aquella actuación y qué balance hace de su carrera desde ese día? «Lo primero es que ahora bebo menos, ja, ja, ja. Esa primera actuación la hice intentando superar con el alcohol ese miedo escénico que uno puede tener enfrentándose a un micrófono. Ese día tuve que beber bastante. Recuerdo, sobre todo, una pasión difusa, que no sabía a dónde iba a llegar y que se ha convertido en una forma de vida y una profesión que tomo muy en serio hoy en día y que, al fin y al cabo, es el sustento de mi hija. Creo que ese es el cambio más importante junto que ya puedo subir al escenario sin tomarme una copa».
¿En qué momento decide centrarse completamente en la comedia? «Decido centrarme totalmente después de un proceso bastante largo en 2010-2011. Un proceso también psicológico en el que tenía que aclararme un par de cosas, ahí es cuando dije: Oye, la comedia es donde me quiero lanzar. Me di cuenta de que tenía que dejar de trabajar para sobrevivir y empezar a sobrevivir para ser feliz, que era lo más importante para mí. Tenía que saber si aquella forma en la que yo intentaba vivir de mi pasión podía ser rentable. Afortunadamente lo fue».
Siguiendo este argumento, ¿se necesita un carácter específico para ser humorista? «No. Conozco todo tipo de profesionales que enfocan el humor de muchas maneras. El humor es multidisciplinar, multitemático y también se puede afrontar desde muchos tipos de vista. Conozco personas que son muy serias y gente como yo que es muy imbécil, ja, ja, ja, y que afronta el humor de otra manera. Creo que el humor tiene tantas formas como personas se acercan a él. Es tan subjetivo que una de las capacidades que tiene el humor y la hace atractiva es que lo que a mí me hace reír, a ti no. Entonces, la forma de afrontarlo tiene mil formas de expresarse».
«Me gustaría hacer un humor más gamberro»
En 2012 ganó un concurso de monólogos. ¿Fue un punto de inflexión en su vida y su carrera? «Sí, los concursos iban reafirmando lo que yo suponía. Es decir, pensaba que valía para esto porque la gente se reía y entonces los concursos me ponían en el mercado. Muchas veces tú te crees que cantas bien, pero a lo mejor vas a un karaoke y te das cuenta de que no y que en la ducha todo el mundo es un máquina, pero también tenía que compararme. Los concursos sirvieron para darme cuenta de que estaba en una zona donde podía competir».
Hablando de los procesos psicológicos de antes, ¿alguna vez ha sentido la presión de no hacer toda la gracia que espera al público? ¿Cómo se gestionan esos momentos? «Todo el rato. Ahora mismo estoy sintiendo esa presión. En cada actuación, en cada momento, cinco minutos antes de cada show siento que en este no se van a reír. Esa responsabilidad me activa y me alerta».
Hablando de la multifacética del humor, ¿considera que su humor se encasilla en algún estilo? «Sí, y eso es una forma de censurarse cuando tú te quieres dirigir al gran público como he decidido yo. Envidio mucho a los profesionales que no quieren ir al gran público, sino que tienen su target y quieren ir a muerte con ese, porque es verdad que cuanto más público quieres abarcar más censura debes tener contigo mismo. Entonces, mi humor está claro que es blanquito, humor del yerno perfecto y, a veces, me gustaría hacer humor un poco más gamberro y me tengo que frenar porque seguro que habría gente que me cancelaría».
¿Con quién no ha compartido escenario y le gustaría? «He compartido escenario con casi todas las personas que me gustaría. Fíjate lo que te digo. Te puedo decir que era muy fan de Goyo Jiménez y simpatizaba mucho con Ignatius Farray y he compartido escenario con ambos. Incluso soy amigo y compañero de un referente como Manolo Vieira. Me gustaría seguir compartiendo con un montón de gente, pero afortunadamente creo que con la gente que idolatro, si no he compartido, he estado cerquita».
Esta entrevista se ha realizado de forma conjunta con Lucía Rodríguez.