El cómico y actor lanzaroteño Kike Pérez llenó de sonrisas el Paraninfo de la Universidad de La Laguna este pasado viernes, 9 de junio, con su obra ¿Es la mil? El espectáculo, que contó con público de todas las edades, se basó, tal y como comentó Pérez, en las «historias que he vivido a lo largo de mi trayectoria», desde acontecimientos familiares hasta anécdotas vividas con quienes han asistido a sus shows. Con el estilo propio que lo caracteriza, el actor contó sus experiencias de forma natural y directa, dejando siempre al público una reflexión final.
El espectáculo debe su nombre a que el artista desconoce cuando será la función número mil, algo que se producirá a lo largo de este año. Pérez reconoció que tiene muy presente a su madre. Por ello, parte de su show ronda en torno a su infancia. Continuó con experiencias vividas incluso en una cárcel, donde reconoció «conocer a gran parte de quienes allí se encontraban».
Su lado más gamberro
El lanzaroteño siguió el relato con sus vivencias en la etapa universitaria, donde descubrió que «uno no puede combatir lo que es, por mucho que se aleje de su barrio», refiriéndose a su lado más «gamberro». A pesar de ello, destacó que «logré graduarme en Magisterio». Además, el artista reveló con un carácter anecdótico que «por un hecho inesperado me libré de un examen para el que no había estudiado» y añadió lo afortunado que se siente: «Agradezco todos los días de mi vida la suerte que he tenido, ya que sin ella diversas situaciones hubieran terminado de forma distinta».
El cómico recordó una de sus etapas más personales y aseveró que en su momento se sintió «abrumado» por algunas personas, ya que le «exigían explicaciones». Es por ello que decidió guardar la explicación del proceso por el que pasó para el show que en estos momentos desarrolla. Para finalizar, hizo referencia a su hija a la que «ama con locura» y recordó que gracias a ella se percató del camino que debía seguir para continuar «viéndola crecer».
