Alfredo Casares es periodista y fundador del Instituto de Periodismo Constructivo, organización que tiene como propósito impulsar un periodismo de soluciones que favorezca el diálogo social. Además, es autor del libro La hora del periodismo constructivo y fue fundador del primer laboratorio de innovación en un periódico español. El pasado miércoles, 15 de febrero, participó en las V Jornadas de Innovación en el Periodismo que se celebraron en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna. En ellas habló del poder transformador del periodismo constructivo.
¿Cómo nació la idea de crear el Instituto de Periodismo Constructivo? «Llevaba muchos años interesado en la innovación periodística, más allá de la tecnología, y en tratar de recuperar formas de periodismo que me permitieran mirar al Mundo de una forma más completa. Entonces, publiqué el libro La hora del periodismo constructivo, que trata de proponer una forma de hacer periodismo, que no es nueva, pero sí es más consciente. Es tomar conciencia de que necesitamos contrarrestar el relato informativo centrado en la negatividad».
¿Qué defiende en su libro? «Expongo el contexto en el que hoy se produce la información, un entorno de distracción, de sobreinformación. Trato de plantear qué podemos hacer y qué ingredientes podría tener el periodismo que hoy necesita la sociedad. Aparte del periodismo de denuncia, propongo tomar conciencia de que es necesario hacer un periodismo que además de fijarse en lo que está mal, trate de contarnos, también desde lo que sabemos hacer bien, desde lo que aprendemos, y contar los problemas desde la perspectiva de las respuestas que hay en marcha para resolverlos».
¿Qué responsabilidad social tiene el periodismo? «El periodismo tiene una doble responsabilidad. Por un lado, es una ventana al Mundo, pero también sirve de espejo para que la ciudadanía se vea reflejada en el periodismo que hacemos. Necesitamos contar la realidad de tal forma que las personas no se sientan abrumadas. Son importantes los problemas y sus consecuencias, pero si los contamos así, la ciudadanía dará un paso atrás. La responsabilidad viene a la hora de contar la realidad de una manera que nos invite a actuar, que podamos dar pasos para cambiar la realidad».
«La actualidad no es solo los acontecimientos negativos»
¿Ve posible el cambio total del periodismo, es decir, que se asuma el periodismo constructivo? «El periodismo constructivo no es nuevo ni inventa nada, es una respuesta consciente y tiene que ver con entender bien, pensar y reflexionar sobre por qué y para qué haces periodismo. Quienes se dedican al periodismo y los medios tienen ejemplos de iniciativas que tienen un claro ingrediente de periodismo constructivo y de orientación a las soluciones. La clave es hacerlo de manera más frecuente, más consciente, y también hacerlo visible. Eso nos compromete también con nuestras audiencias».
¿Cuál cree usted que es el motivo principal de no hacer uso del periodismo constructivo? «Las redacciones son lugares en lo que muchas veces no hacemos lo que queremos, sino lo que nos mandan, lo que el medio en ese momento estratégicamente necesita. Los medios necesitan audiencia , ingresos, y para eso hay estrategias de búsqueda de audiencia y de clics que las necesitan porque tiene que sobrevivir».
¿Qué debemos tener en cuenta para poder ejercer el periodismo de manera constructiva? «Tener en cuenta que la ciudadanía necesita que le contemos las dos caras de la realidad, que contemos los problemas. Pero la actualidad no es solo los acontecimientos negativos que suceden y que nos enteramos muy fácil. Necesitamos indagar en esa otra parte de la realidad que no es tan visible, que no nos enteramos tan fácil. Es muy importante entender la realidad como un aprendizaje social, colectivo y constante».
Con respecto a la pandemia del coronavirus, ¿qué medidas habría tomado usted para hacer el periodismo más constructivo? «En la Pandemia hubo una primera fase donde todo eran cifras. Era muy difícil controlar, fue un shock que afectó también al periodismo. Se enfocaron en contar lo que estaba ocurriendo, a veces sin toda la información. Conforme avanzó, hubo medios que empezaron a contar cómo la ciudadanía se organizaba. Ahí se hizo un esfuerzo interesante. Hay que tener en cuenta que el colectivo periodístico sufrió mucho en la pandemia, como parte de la ciudadanía, y además tenía que hacer periodismo en condiciones muy complejas».
«Merece la pena invertir en él»
¿Cree que la ciudadanía tiende a ser más receptiva ante el periodismo constructivo? «Hay estudios que acreditan que las audiencias valoran un periodismo más constructivo. La respuesta está en el tiempo que permanecen leyendo ese tipo de información, el indicio de repetición, la fidelidad con quien firma… Y también hay iniciativas que han demostrado cómo este tipo de periodismo es capaz de generar ingresos, por las suscripciones, la captación de nuevos anunciantes, patrocinadores… Hay un movimiento internacional muy claro y hay indicios importantes de que este tipo de periodismo tiene un retorno. Probablemente no sea un retorno inmediato, pero merece la pena invertir en él».
¿El periodismo debe ser una herramienta que favorezca el diálogo social? «El periodismo es un acto social que tiene una responsabilidad muy importante para generar espacios de conversación social constructiva. Tampoco nos han entrenado mucho para eso y quizá el rol más tradicional de la profesión es narrar la realidad. Da la sensación de que el periodismo de hoy necesita profesionales que dinamicen la sociedad. Pero también tienen que crear espacios para que las cosas ocurran, para que las conversaciones sucedan. Eso es importante».
¿Qué debe hacer el periodismo para conseguir crear el diálogo en la sociedad? «Tiene que ser capaz de generar esos espacios, encontrar enfoques que miren al futuro. Tratamos de buscar y hacernos preguntas que superen las diferencias y que sean preguntas que nos ayuden a construir. Preguntamos muchas veces la perspectiva que tenemos del mundo de las leyes y quizá necesitamos también una mentalidad ingenieril. Creo que la manera en la que preguntamos tiene mucho impacto en las conversaciones que generamos. Uno de los ingredientes fundamentales es utilizar ese súper poder de generar preguntas y encontrar la forma de formularlas para que nos lleven a conversaciones diferentes».
