La psicología deportiva, disciplina en auge

Ciencias de la Salud

La psicología se configura, hoy por hoy, como una de las disciplinas más ligadas al deportista y a su rendimiento en competición. El atleta no es un aparato fisiológico automatizado, un ente anatómico en excelentes condiciones que rinde ajeno a la inquietud y a la preocupación de su yo intrínseco. La motivación del deportista, el tipo de actividad que desempeña, el ansia de superación día a día y el apetito competitivo constituyen variables profundamente relacionadas con su rédito profesional.

Si no existe equilibrio entre las condiciones técnico-tácticas y psicológico-emocionales del atleta, será imposible la conquista de los propósitos y objetivos marcados por el profesional. Para ello, emerge en las últimas décadas la figura del psicólogo deportivo.

A pesar de su reciente consideración, la disciplina psicológica busca inmiscuirse en el perímetro deportivo desde hace bastantes años. La psicología del deporte tiene sus primeros antecedentes a comienzos del siglo XX en la Unión Soviética, Alemania y Estados Unidos. No obstante, su identidad propia se enmarca en 1965, cuando Ferruccio Antonelli convoca el 1º Congreso Mundial de Psicología del Deporte. Desde entonces, la materia se ha consolidado hasta convertirse en uno de los elementos más solicitados en el cuerpo técnico de cualquier deportista.

Zoraida Rodríguez: «Junto al entrenamiento normal, la preparación mental es un impulso añadido para que el atleta alcance mejores metas”


El aporte del psicólogo deportivo va más allá del uso de cuestionarios estandarizados y del fortalecimiento de la relajación o la imaginación en determinadas circunstancias de la competición. Su objetivo es concentrar sus esfuerzos en el rendimiento deportivo al igual que, por ejemplo, un preparador físico en la faceta del acondicionamiento físico.

El correcto funcionamiento psicológico puede contribuir de manera positiva o negativa en el rendimiento, por lo que es fundamental controlar el aspecto mental en la dirección correcta. Por esta razón, es esencial incorporar la preparación psicológica del atleta como un componente más que va a interactuar con las parcelas física, técnica y táctico/estratégica.

“La preparación psicológica se ha estado dejando un poco de lado hasta hace unos años, donde se ha demostrado que es importantísima. Junto al entrenamiento normal, y gracias a ese impulso que puede dar la preparación mental, el atleta puede alcanzar mejores metas”, señala Zoraida Rodríguez, psicóloga deportiva, en un curso especializado para Monitores del Área de Deportes de Motril. Para ello, el especialista se nutre de “muchas de herramientas como el coaching, la inteligencia emocional, mindfulness… o, incluso, conceptos de filosofía budista como la meditación, entre otros”, afirma Carlos Rey, psicólogo deportivo y director de UPAD Psicología y Coaching.

Carlos Rey: «El especialista se nutre de muchas herramientas como el coaching, la inteligencia emocional, mindfulness…»


Pero la misión del psicólogo del deporte no se basa específicamente en la instrucción de atletas y deportistas. También es importante que los preparadores físicos sean instruidos en el aprendizaje del funcionamiento de las técnicas psicológicas. Para Zoraida Rodríguez, cuando un entrenador o un monitor conoce los principios de esta disciplina “se nota mucho en el rendimiento de los deportistas”.

“Muchas veces los atletas tienen bloqueos que les impide seguir progresando, por lo que la labor del monitor es esencial para conseguir sacarlos de él y generar la confianza suficiente para que explote como deportista”, aclara Rodríguez.

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Muchos deportistas de élite han superado momentos de verdadera angustia en medio de rendimientos deportivos no del todo favorables. Las lesiones de larga duración, la ruptura con la competición o factores externos al deporte motivan en gran medida estos altibajos en la trayectoria de los atletas. Entre los más mediáticos, los casos de Andrés Iniesta y Nyck Kyrgios.

El caso Andrés Iniesta


El Caso Andrés Iniesta se originó tanto por motivos deportivos como extradeportivos. Una desafortunada lesión muscular lo mantuvo apeado de los terrenos de juego durante meses, a la que se sumó el imprevisto fallecimiento de su amigo Dani Jarque. Todo ello derivó a un rendimiento deportivo por debajo de los niveles habituales del futbolista. La inseguridad, el nerviosismo y la incapacidad de gestionar los problemas se convirtieron en un calvario para el manchego.

Durante la emisión del documental Informe Robinson-Campeones del Mundo, se analizó la problemática en profundidad. Gracias a la ayuda de fisioterapeutas y psicólogos deportivos, Iniesta supo reconducir su actitud en el campo para terminar coronándose en lo más alto de la historia del fútbol de nuestro país.

Nyck Kyrgios: el psicólogo como solución


El caso de Nyck Kyrgios es totalmente opuesto. El mundo del tenis es, si cabe, uno de los que más relación guarda con la psicología deportiva. Hablamos de un deporte a caballo entre la habilidad técnica y la fuerza mental, donde cada punto requiere la máxima intensidad y una exigente concentración por no errar.

El tenista australiano fue castigado por la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) con una multa de 25 000 dólares, con motivo de su decisión de dejarse perder en los octavos de final del Masters 1000 de Shangai. Además, sería apeado de competir en torneos venideros si no solicitaba la intervención de un psicólogo deportivo o uno equivalente por la ATP.

«La temporada ha sido larga y batallé con varias lesiones y otros desafíos hacia el final del verano. El circuito asiático fue especialmente duro después de ganar en Tokio y con el viaje a través del continente, mi cuerpo, finalmente se resintió en Shanghai, tanto física como mentalmente», se excusó el australiano. Motivo por el cual, finalmente, accedió a inscribir a un psicólogo del deporte en su carrera profesional.

El cambio, responsabilidad del deportista


Rubén Rodríguez Rodríguez, licenciado en Psicología y Máster en Psicología y coaching Deportivo, posee una amplia experiencia en la psicología aplicada al mundo del deporte. Once años al servicio del CD Tenerife y dos años al frente del CV Haris avalan su labrado currículum profesional. Según Rodríguez, el día a día del especialista varía en función del deportista y la actividad que desempeñe: “El día a día de un psicólogo deportivo va en función de si se trabaja en un equipo o con un deportista en solitario y, sobre todo, si se está ‘in situ’ en el lugar dónde se desarrolla la actividad deportiva, aspecto que, por otra parte, me parece muy importante”, comenta.

«El método de trabajo que se suele emplear, para empezar, es el de la psicología”. Para ello, Rodríguez cree imprescindible “estar licenciado o doctorado en la profesión”. El método de trabajo a realizar depende de muchos factores, entre ellos, la corriente psicológica que mejor defina al profesional: “Personalmente, me gusta trabajar partiendo siempre del deportista, de sus intereses, objetivos, preocupaciones, etc. teniendo muy claro que lo realmente importante es él”.

Pero, ¿qué diferencia la psicología clínica de la psicología deportiva? Rubén Rodríguez se muestra tajante al respecto: “En la psicología del deporte no hay pacientes, tan solo deportistas. Sobre todo, porque no debe existir necesariamente un problema para poder trabajar. Sentir que en algún momento las cosas no te salen como quisieras no tiene por qué ser una patología”.

Más bien todo lo contrario, en tanto que se “trabaja con bastantes deportistas donde lo que se busca es potenciar sus cualidades para tener más probabilidad de éxito”. Aunque, advierte, que para que el tratamiento tenga efectividad se precisa de “compromiso y constancia” por parte del deportista, teniendo en cuenta que la fortaleza y estabilidad emocional representa “cerca del 25 %” del rendimiento.

El deportista, al fin y al cabo, tiene en su mano la capacidad de reconducir su vida deportiva, al margen del apoyo que suponga el asesoramiento de un especialista: “La figura del psicólogo deportivo se malentiende como una válvula de escape. El deportista es el autor de su propio cambio y, principalmente, a través de su trabajo tendrá más cerca cumplir sus objetivos”.

Así, nos encontramos ante una disciplina en punto de ebullición. La presencia de un psicólogo y coach deportivo es, a día de hoy, indispensable en cualquier cuerpo técnico de garantías, a fin de que el deportista sea capaz de “competir desde el deporte para la vida y desde la vida para el deporte”, concluye Rubén Rodríguez.

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