Con motivo de la primera edición del Campus América, la Universidad de La Laguna abrió sus puertas ayer, viernes 13 de octubre, para ofrecer una jornada de charlas en las que se abarcó el tema de la resiliencia y violencias cruzadas. La politóloga Griselda Gutiérrez fue la engarcada de inaugurar la tarde con una intervención sobre sexismo. Además, la ponente es licenciada en Filosofía, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México y representante de Venezuela en varias organizaciones como la ONU o la Comisión Interamericana de Mujeres.
Su campo de especialización son los derechos humanos y, en especial, el tema sobre el que giró su intervención: la violencia sectaria y sexista. Según Gutiérrez, esta consiste en «la manifestación de la discriminación e intolerancia en el tiempo actual, en el cual predomina el odio». La actitud a la que hace referencia, tal y como explicó, se basa en el desprestigio y desconocimiento del otro, pudiéndose incrementar hasta el punto de convertirse en una «absoluta barbarie».
La filósofa destacó la importancia de lograr la sensibilización social «desde la conciencia hasta la acción». Para ayudar la comprensión del concepto, la conferenciante recomendó la lectura de Las cárceles elegidas, en la que se hace un análisis sobre el siglo XX. La catedrática afirmó que el siglo XXI aún no ha llegado. En su opinión, nos encontramos en una prolongación del anterior.
Del mismo modo, explicó el proceso en que la palabra democracia ha ido adquiriendo connotaciones en los últimos años en América Latina. “Me gusta mucho un texto de un autor español que dice que estamos en presencia de la actualidad de una democracia sin demócratas», comentó.
«No podemos quedarnos en los avances que se han producido, pues todavía hay muchos problemas sin subsanar»
En la segunda parte de la intervención, la exponente centró el enfoque en Venezuela, tratando tanto los avances que se han logrado como los problemas que persisten. «Cuando Chávez accede al poder, las feministas del país ya habían intervenido notablemente en el ámbito legislativo», explicó. Además, añadió que fue de este modo como se lograron avances como el reconocimiento del concubinato y la familia mediante la ampliación de la Ley de Reforma Agraria y la reforma en el Código Civil, o la elaboración de una Constitución con un lenguaje no sexista. «Es un hecho muy revolucionario, ya que era la primera Constitución en el país que reconocía derechos hacia la mujer», subrayó.
Junto a esta situación describió otras de igual magnitud y repercusión, como la participación de 10 000 mujeres en la queja al tribunal supremo de justicia debido a una sentencia sexista.
Al abarcar el tema del sectarismo político, insistió en que, pese a que las mujeres ya han comenzado a ocupar bastantes cargos públicos, la visibilización aún no es suficiente. Gutiérrez sentenció que todavía no se ha logrado una igualdad entre géneros, ya que al solucionar cuestiones de interés común, los que presiden y tienen mayor poder de decisión son los hombres. «No podemos quedarnos en los avances que se han producido, pues todavía hay muchos problemas sin subsanar», concluyó.