La charla fue dirigida por el profesor José Manuel Óliver Frade, a la derecha. Foto: I. Mederos

«Los conflictos perviven y es nuestra tarea transformarlos en paz»

Artes y Humanidades

José Bolívar Durán, licenciado en Derecho en la Universidad Autónoma de Colombia y con una extensa formación sobre la defensa de los derechos humanos y  el derecho internacional humanitario, además de estudios hispánicos, dio una conferencia ayer jueves, 12 de mayo, en la  Sección de Filología de la Universidad de La Laguna con la temática de la Literatura y la memoria histórica. Bolívar se enfocó en tratar el papel de las mujeres en la guerra y en su experiencia personal en el área de la Irenología o estudio de la paz, en el contexto de su país colombiano.

Comenzó narrando la historia de su tío Simón Bolívar, un hombre que migró de Colombia a Venezuela huyendo de la violencia y en busca de una mejor situación económica. El nombre de su familiar era el mismo que el del libertador de varias naciones americanas y esto le llevó a ser encarcelado y desaparecer. El padre de José Bolívar escribía, imprimía y vendía sus libros y uno de estos, que hablaba de la desaparición de su hermano, llegó a Simón, quien gracias a esta obra decidió volver con sus familiares. Con este relato José Bolívar destacó la función social de la literatura que va más allá de la estética.

El estudio de la paz


El estudioso continuó explicando su participación forzada en el Ejército como un punto de partida para comenzar su interés por los derechos humanos. Su experiencia le permitió la comprensión de ciertas realidades de su país, de las que, comentó, «solo son especialistas quienes sufren esas vulneraciones de sus derechos».

La experiencia de trabajar de primera mano el conflicto armado le dio una visión negativa del mundo y aseguró haber perdido la fe en la humanidad hasta que comenzó sus estudios de paz. Su principal enseñanza se basó en que hay que dejar de investigar la guerra y estudiar más la  no violencia, «porque somos mucho más paz que guerra», explicó Bolívar, que también considera que los conflictos perviven con nosotros y es nuestra tarea transformarlos.

La mujer como arma de guerra


Como en toda guerra las mujeres se llevan la peor parte. Ellas son víctimas de agresiones sexuales y  culpabilizadas de lo que les ha ocurrido, por lo que no denuncian por vergüenza y temor. Esto lo ejemplificó José Bolívar cuando leyó un testimonio de un fiscal en Colombia: «El otro día vino una mujer a decirme que había sido violada pero el relato era poco creíble porque era fea y vieja».

Bolívar añadió que las violaciones se dan en muchas ocasiones a las mujeres, hijas o madres de los líderes sociales, como una forma de hacerles daño a ellos. Así, las mujeres son usadas como arma de guerra. El estudioso comenta que la figura femenina es vista como frágil y asociada al papel de madre, lo que les quita su poder de defensa política y, por tanto, las vuelve invisibles.

La conferencia concluyó con la reflexión de que el mundo necesita un cambio hacia un trato más humanitario de la guerra que tenga en cuenta las emociones y la vida cotidiana de la gente expuesta a la violencia. También intervino el profesorado y público asistente que compartió sus reflexiones sobre esta temática.

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