La segunda edición del Foro Mujeres y Deporte dio comienzo en la tarde de ayer con un programa enfocado a fomentar el acceso y la representación femenina mediante una educación física igualitaria entre los más pequeños, y la importancia de la salud de las mujeres. A las 17.00 horas, tras el discurso de apertura del presidente del Cabildo, Carlos Alonso, y la consejera de Deportes, María del Cristo Pérez, el salón de actos de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación acogió la ponencia de la exgimnasta olímpica y profesora en el Máster de Igualdad en el deporte de la Politécnica de Madrid, María Martín Rodríguez.
La docente y deportista comentó los resultados de un estudio realizado por un grupo de expertos de igualdad de género en el deporte de la Comisión Europea. Con él, se pretendía establecer un diagnóstico, además, de indicar cómo mejorar dicha situación. Así, resaltó la importancia de utilizar el deporte como una herramienta para luchar contra la violencia de género y el acoso sexual: “La misma agresividad que me hace conseguir una medalla, es la que mal canalizada, puede generar conductas de violencia”. Por ello, dijo, «los entrenadores deben saber gestionar el éxito y la disciplina entre los más jóvenes».
Además, dijo que «los padres deben estar constantemente informados sobre lo que ocurre en las actividades a las que acuden sus hijos y desterrar la cultura de lo que pasa en el gimnasio se queda en el gimnasio”, concluyó.
«No creo que la respuesta más adecuada sea separar a chicos y chicas»
La investigación arrojó que aún existe una gran brecha en el deporte entre los dos sexos, pero solo en la adolescencia y en los adultos de máximo 40 años. Según este, los hombres realizan ejercicio por cuestiones de rendimiento, superar sus límites y experimentar sensaciones en espacios externos, mientras que las mujeres lo hacen por salud, por la búsqueda de la sensación de bienestar y en clases dirigidas en grupo y en interiores.
Por otro lado, la ponente resaltó la importancia de las barreras externas y personales, las cuales acentúan las diferencias entre géneros. Una de ellas, es la ausencia de mujeres en puestos de toma de decisiones en el mundo del deporte, cosa que no ocurre en el caso de Canarias; y otra, es la poca oferta que existe en la educación física para responder a las demandas del sexo femenino. “En el deporte escolar las mejores horas para la práctica mayoritaria de los chicos y las chicas son las que entrenan a las 21.30 de la noche”, afirmó.
Respecto a las barreras de tipo personal, se enfatizó tanto la falta de tiempo que tienen las mujeres porque, además de su trabajo y vida personal, deben encargarse de labores del hogar tradicionalmente asociadas a ellas, como la incomodidad que pueden experimentar las adolescentes en la etapa de la pubertad a la hora de practicar ejercicio con chicos. “No creo que la respuesta más adecuada sea separar a chicos y a chicas, pero lo que sí que es cierto, es que para muchas chicas esto es un impedimento que deberíamos pensar cómo darle solución”, sentenció.
«A la menor señal de bullying o agresiones verbales y físicas, se debe intervenir de inmediato»
Para la conferenciante, el trato con los menores es muy delicado y debe existir especial cuidado con ellos. Por ello, expuso una serie de recomendaciones para los técnicos presentes en el recinto, como es el uso de buenas prácticas basadas en modelos de respeto y no fomentar el abuso del poder entre los participantes de las actividades.
Reiteró, finalmente, que no debe existir ningún tipo de tolerancia ante la violencia de ningún tipo: «A la menor señal de acoso, bullying o agresiones verbales y físicas, se debe intervenir de inmediato».
