Daniel Ledesma Estévez es el director y fundador de Canary Speed Racing Club. A sus 27 años, el joven canario siempre se ha considerado un amante de los vehículos tanto de competición como clásicos. Tras varios años intentándolo, ha conseguido llevar su primera exposición al municipio de Los Realejos; algo que, aunque ha sido complicado, le ha traído una gran satisfacción y espera poder repetir esta éxito en futuros encuentros con las personas que aman el mundo del motor.
¿Han tenido dificultades al llevar a a cabo la exposición? «Sí, algunas. Hay mucha inversión de tiempo en todo esto, como por ejemplo, tienes que hablar con un montón de negocios para que ellos te aporten algún premio para el sorteo que hemos hecho nosotros en este caso, pedir permiso a los ayuntamientos, los cuales te tienen que ceder el espacio y algunos materiales como vallas, mesas o sillas. Todo esto implica formularios, llamadas y muchas negativas, pero todo ha salido bien».
¿Cuántas personas colaboran en un proyecto como este? «La directiva del club ahora mismo consta de 6 integrantes y en nuestro club como tal somos unos treinta. Muchas nos han estado echando una mano con la organización de los coches, la lista de los asistentes e incluso trayendo carpas o vendiendo rifas para el sorteo».
¿Cuántas exposiciones pueden llegar haber a lo largo de un año? «Aunque esta es la primera de nuestro club, la semana pasada, si no me equivoco, hubo una exposición en Pinolere, La Orotava. Hoy mismo hay otra en el sur de la isla, hace dos meses se hizo una en la gasolinera de Abades, que tiene una explanada perfecta para esta clase de eventos con coches clásicos. A lo largo de un año entero se pueden hacer bastantes, yo creo que mínimo treinta y me quedo bastante corto la verdad, en Tenerife por lo menos».
«Un sitio nuevo donde puedan realmente sentirse bien, a gusto, que el participante sienta que pertenece a algo»
¿Se llevan algún tipo de compensación económica por realizar este tipo de eventos? «Nosotros lo hacemos por amor al arte, no recibimos ningún tipo de compensación económica. Nuestra idea era conseguir un club que aportara a la gente un sitio nuevo donde puedan realmente sentirse bien, a gusto, que el participante sienta que pertenece a algo muy grande, no sacamos ningún tipo de beneficio material».
¿Cuál es la mejor época del año para realizar una exposición de coches? «Yo diría que las mejores épocas podrían ser las vacaciones, pero hay más factores que influyen, no hay como tal una mejor época para realizarlo, porque al final todo depende de los horarios de trabajo de cada persona. Aunque si tuviera que elegir yo te diría que verano, más que nada porque es cuando los estudiantes universitarios tienen tiempo libre, que es la mayor parte tanto de participantes como de asistentes a este tipo de eventos».
Además de los jóvenes universitarios, ¿también hay personas en otras franjas de edad que participen en los eventos? «Sí, claro, por ejemplo, hay bastantes padres a los que les coinciden las vacaciones con una exposición y tienen un coche que quieren enseñar y se traen también a sus hijos y se convierte en una actividad en familia, por lo que la franja de edad varia mucho».
Su coche también participa en esta exposición, ¿cuánto tiempo y dinero ha invertido en él? «Yo le estoy haciendo modificaciones al coche desde que lo compré, la primera fue concretamente a los dos meses de comprarlo. El proceso es largo, porque tu no puedes coger todo lo que tiene pensado cambiarle de una sola vez porque económicamente es inviable. Prefiero no decir cuanto tengo invertido, pero cada uno invierte lo que considera en el coche para dejarlo a su gusto».
¿Qué otras actividades suelen realizar en el club además de las exposiciones? «Hacemos rutas por algunos tramos de carretera de la isla en grupo o hacemos quedadas estáticas, que consisten en llevar los coches a algún sitio en concreto y socializar con la gente del club. Es más, hace poco hicimos una ruta desde Alcampo La Villa, pasando por el Museo del Motor en Icod, también al Museo de Garachico e hicimos una sesión de fotos a todos los integrantes del grupo, luego fuimos a almorzar a Puerto Escondido en el Tanque y por último subimos a La Corona que esta aquí en el Realejo».
