El profesor de Publicidad y Ciberperiodismo de la Universidad de La Laguna, David Fuentefría, considera que el modelo educativo se está quedando obsoleto y que nos hace falta acostumbrarnos, desde niveles tempranos, a nociones de oratoria básica. En Enseñanzas Medias, al trabajo en equipo y a la profundidad analítica y en los niveles superiores, a la gestión y el esfuerzo del talento personal. También ve la necesidad de que desarrollemos conocimientos precisos sobre la creación de organizaciones y empresas. Aunque, en su opinión, esto no es nuevo y se debe al atraso histórico-político que sufrimos especialmente en España. Como solución propone “actuar sin excusas y con todo el ímpetu que nos permita nuestro potencial actual y nuestra capacidad autocrítica”.
Por otra parte, Fuentefría cree que profesores, planes de estudio y recursos materiales deberían adaptarse al nuevo contexto tecnológico en el que nos encontramos. “La comunicación ocupa ya un espacio capital en nuestras vidas. En este sentido, el profesorado y las facultades de Periodismo y Comunicación tienen la obligación urgente de ir un paso por delante, de dotar de una pátina profesional a algunas parcelas de la enseñanza que hasta ahora se han reservado a la pura teoría, y sobre todo, de escuchar y conceder espacio a la creatividad de los futuros comunicadores. Quiero pensar que estamos en ello”, sentencia.
Como experiencia personal comenta que, aunque comenzó trabajando como periodista, siempre tuvo el deseo de ser profesor: “Trataba de quedarme con cada anécdota, cada experiencia valiosa y cada recoveco del negocio que pudiera ayudarme a mostrar, el día de mañana, a mis hipotéticos alumnos, cómo funcionaba el sistema, para evitar, entre otras cosas, que sus peores aristas les cogieran por sorpresa”. Además, confiesa que al principio fue complicado adaptarse a las nuevas transformaciones y que en sus primeros días como profesor, los cambios con respecto a su época de estudiante de Periodismo, se hacían patentes.
David Fuentefría se caracteriza por ser uno de los profesores más innovadores y dinámicos a la hora de impartir clase. Define su forma de enseñar como cercana en el plano humano y actualizada en el plano docente. Aunque cree que no siempre lo consigue: “Es imposible caerle bien a todo el mundo y estar absolutamente al día de todo lo habido y por haber en tendencias o cuestiones tecnológicas, pero creo que el enfoque correcto es mantenerte en tus retos y disfrutar haciendo camino”, asegura.
Por último, aconseja a sus alumnos y al resto de estudiantes que den lo mejor de sí mismos en cada proyecto universitario, pero que también ensayen los suyos propios con cabeza y convicción. Asimismo, les lanza un mensaje cargado de cariño: “Que no den nada por sentado y que no les puedan los achaques juveniles del hastío y la incertidumbre”.