Los plásticos de un solo uso nos han facilitado la vida en todos los aspectos, pero su vida útil es de apenas un cuarto de hora. La bolsa de plástico que usamos en el supermercado, los envases de comida rápida, los cubiertos o las botellas de agua son productos que empleamos unos minutos, incluso segundos, y los desechamos al instante. Unos segundos a cambio de unos cuantos siglos hasta que esos plásticos se descompongan y desaparezcan de la Tierra.
De las enormes cantidades de plástico que producimos al año tan solo se llega a reciclar una quinta parte. Provocando que ocho millones de toneladas de plástico terminen en el mar. Desde el comienzo de la pandemia por la COVID-19 se ha producido una situación sin precedentes que puede hacer que la contaminación de los océanos se dispare: la compra de guantes y mascarillas ha aumentado de forma exponencial en todo el Planeta.
Sabemos cómo recoger la basura, sabemos dónde desecharla y cómo reciclarla. Han surgido muchas alternativas eco friendly al plástico que ofrecen las mismas prestaciones y grandes campañas que buscan promover el reciclaje y llaman a la responsabilidad individual. El problema radica en que prima un modelo de negocio en el que vender, aunque sean productos perjudiciales para el ecosistema.
«La delicada situación que ya atraviesan los océanos por la contaminación de plástico podría agravarse mientras perviva el virus»
Una organización dedicada a la conservación marina y a la lucha contra la contaminación plástica, OceansAsia, denunció a principios de marzo que se habían encontrado grandes cantidades de mascarillas en las playas de las Islas Soko, en Hong Kong, demostrando que la delicada situación que ya atraviesan los océanos por la contaminación de plástico podría agravarse mientras perviva el virus.
Ante el panorama actual, debemos ser conscientes del uso que hacemos de ambos productos, no podemos permitirnos malgastarlos de forma innecesaria. El propio Ministerio de Sanidad insiste en que lavarse y desinfectarse las manos es más eficaz que usar cinco pares de guantes al día. Nos adentramos en una nueva realidad en la que los equipos de protección individual de un solo uso van ser parte de nuestra cotidianidad y lo extraño, a partir de ahora, será ver a gente que no los utilice.
Es fundamental saber gestionar el uso de unos productos que, igual que nos protegen del virus, pueden hacer un daño irreparable en el Planeta. Evitemos que nuestras calles, bosques y playas acaben plagados de mascarillas y guantes que terminarán en el mar, formando parte de esas millones de toneladas de plástico.