María del Mar Caballero Arencibia, profesora de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna desde el año 1991, aprovecha esta oportunidad para hablar con PERIODISMO ULL sobre la escultura, pintura y su profesión. También comparte su opinión acerca de las dificultades a las que se enfrentan los estudiantes y artistas en este ámbito artístico.
¿Cuáles son sus experiencias en el campo de la formación y de la investigación en la fundición artística? «En primer lugar, me licencié en la especialidad de Escultura. Estuve muchos años trabajando al mismo tiempo en el taller de fundición y en el de restauración (que entonces no era una especialización). Con el paso del tiempo, también me fue interesando el grabado. Un periodo muy importante de mi investigación se lo dediqué a varias disciplinas, pero en su mayor medida a las de fundición y grabado que fue de lo que trató mi tesis doctoral».
¿Cómo es el proceso de restauración y conservación del patrimonio artístico? «Ya hace mucho que no trabajo en Restauración. En estos momentos estoy inmersa en dos proyectos de investigación de diferentes temas, uno está mas ligado al campo de la Conservación, pero no puedo comentar mucho porque estamos comenzando. El otro es un proyecto de innovación docente compuesto por un grupo transdiciplinar de la sección de Bellas Artes, es el tercer año consecutivo y trata de la invisibilidad de la mujer en el mundo del arte».
Su grupo de investigación, que es el de Conservación y Restauración del patrimonio artístico, ¿en qué consiste exactamente? «Te puedo comentar que casi se formó a raíz de un trabajo que realizamos. Un gran proyecto de catalogación, del estado conservación de la Iglesia de Santa Catalina en Tacoronte. Estuvimos pieza por pieza analizando, fichando y recopilando muestras. Realizamos un estudio exhaustivo, que incluía, desde los retablos, a las pinturas, esculturas, orfebrería… Fue muy interesante y bonito. Aprendimos todas muchísimo. Era un grupo también transdisciplinar. Trabajamos escultores, restauradores, pintores e historiadores».
«La restauración no se da solo en la pintura»
Sobre la restauración hay que decir que muchas personas piensan que se da solo en la pintura… «Sí. Ciertamente hasta hace no mucho parecía que era solamente de pintura, porque es lo que predomina, pero hay muchísimas esculturas, piezas de cerámica… Muchas veces los restauradores han tenido, o mejor dicho teníamos que completar sus conocimientos con ayuda de los escultores a nivel técnico sobre todo».
Ha hecho exposiciones tanto dentro como fuera del ámbito nacional. ¿Qué se siente? «Es un reto y siempre las abordo con mucha ilusión, pero sí que es verdad que es mucho trabajo combinar la docencia con trabajos de investigación. Para nosotros una exposición es como un trabajo de investigación donde indagamos sobre nuestro pensamiento, nuestra cultura, nuestra idiosincrasia… También es un reto que nos proponemos porque siempre es muy complicado hacerlo. Tienes que buscar una sala adecuada, una buena publicidad…».
Parece un trabajo bastante grande el que hay detrás de las exposiciones… «Quieras o no una exposición, académicamente hablando, es casi como un proyecto de investigación. Tienes que contactar con las salas, montaje, publicidad, contactar con periódicos, si quieres un catálogo, la maquetación la fotografía y un largo etc. Todo eso lo tiene que gestionar el artista y por supuesto costearlo aunque esto depende de si la sala de exposiciones es privada o de una entidad pública. No es solo trabajar y realizar tu obra, sino el darla después a conocer. Y no hablemos si quieres trasladarla a la Península, e incluso entre las Islas. Es algo muy costoso, tanto a nivel de tiempo como de dinero».
«No solo se trata de exponer, también hay que vender»
En el Proyecto artístico del máster Arte,Territorio y Paisaje (Untitled: Berlín) se dice que «el paisaje ha cobrado una gran importancia desde hace unas décadas y se ha convertido en una herramienta conceptual imprescindible». ¿Por qué cree que ha ocurrido eso? «El arte actual, aunque creo que esto ocurre en todas las épocas, lo que analiza es la cotidianidad, el devenir: cómo nos movemos, cómo reaccionamos, cómo nos desenvolvemos, cómo reaccionamos, cómo nos relacionamos en un mundo en el que todo va muy deprisa. Son temas, entre otros, que tratamos en las asignaturas que impartimos en la Facultad. Le proponemos al alumnado una introspección acerca de lo que nos rodea a nivel político, económico… Esto por una parte, por otra, refiriéndome a lo primero que pregunta, es un extracto concreto del trabajo Untitled: Berlín y que hace referencia al Road Trip».
¿Qué es la metodología artística Road Trip y en qué consiste? «Fue un trabajo de investigación muy interesante realizado por un alumno del País Vasco. El Road Trip consiste básicamente, en un viaje por carretera. Numerosos fotógrafos americanos, después de la Segunda Guerra Mundial se dedicaron a viajar en coche y a fotografiar el paisaje en carreteras y caminos de tierra. Robert Frank y Ed Ruscha fueron de los primeros. El trabajo del alumno consistió en ahondar en las propuestas artísticas vinculadas al viaje en carretera, elaborar una obra que respondiese a la orientación artística de esos viajes y que permitiese profundizar y reflexionar sobre el territorio acotado mediante el topónimo. Ese proyecto dio pie a una beca y viajó a Estados Unidos con la intención de investigar sobre todos los berlines que existían dentro de ese país. Y así lo hizo. Nos ha mandado a mi compañera y a mí, los catálogos frutos de su investigación y trabajos realizados».
¿Qué le diría a una persona que tiene como reto tener una exposición propia y poder mostrarla? «Que le ponga muchísima ilusión y mucho ánimo. Otra cosa muy importante es el tema económico. Vivir del arte es muy difícil. El hecho de levantarte por la mañana y enfrentarte al reto de crear con la incertidumbre de que si lo que estás haciendo lo vas a poder mostrar. Pero ya no es solo exponer, sino que además hay que vender».