El 18 de enero de 2022 Microsoft anunció la compra por 68 700 millones de dólares de una de las empresas más prolíficas en el desarrollo de videojuegos: Activision Blizzard. Sagas tan importantes como World of Warcraft, Diablo, Hearthstone, Overwatch (entre muchas otras) pasarían a formar parte del extenso catálogo que ofrece Microsoft con la consola Xbox y el servicio de suscripción Game Pass. Sin embargo, la compra aún no había sido posible debido al bloqueo de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC). Esta organización anunció su negativa en diciembre de permitir la adquisición para evitar una acción de monopolio sobre la industria de los videojuegos. El juicio entre las dos partes comenzó el 22 de junio.
El 11 de julio Microsoft ganó el juico contra la FTC, desbloqueando así la compra en Estados Unidos. La magistrada Jacqueline Corley argumentó que confía en el compromiso de Microsoft por llevar Call Of Duty, una de las franquicias más importantes y rentables de Activision, a otras plataformas fuera del ámbito de Xbox como PlayStation o Switch. La FTC intentó apelar en contra de esta decisión pero fue totalmente denegada.
Ambas compañías tienen vía libre para cumplir con la fecha de compra. No obstante, aún deben de lidiar con la restricción que impone la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) en Reino Unido. Las negociaciones entre las dos organizaciones ya han empezado, por lo que la adquisición se podrá oficializar dentro de poco tiempo.