«Hay que trasladar la vida de la gente, en todas sus circunstancias, a nuestra audiencia»
Nicolás Castellano es un profesional de la comunicación licenciado en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y especializado en migraciones. Empezó su carrera profesional en el año 2000 en la Cadena Ser de Las Palmas de Gran Canaria. El periodista viaja por el Mundo para conocer las historias de la gente y documentarlo, cubriendo así catástrofes naturales o emergencias humanitarias. Asimismo, ha recibido varios premios como el IX Premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española, otorgado por su rigor profesional y su implicación con los derechos humanos.
Ha estado en más de treinta países africanos y ha presenciado numerosas crisis humanitarias, siendo la guerra de Ucrania la más reciente. El reportero asegura que uno de los momentos más importantes de su carrera fue el terremoto de Haití en el año 2010: «Estuve 21 días durante el terremoto, viendo cadáveres y contando la destrucción. Fue una historia que siempre me marcará». Castellano volvió a Haití en varias ocasiones para seguir documentando las historias de las personas afectadas y seguir reflejando esa realidad.
«Lo más importante es poner voz y testimonio a quienes sobreviven»
El periodista llegó recientemente a España tras cubrir el conflicto ucraniano como reportero de la Cadena Ser y confirma que «lo más importante es poner voz y testimonio a quienes sobreviven». Castellano habla de «la doble soledad de la guerra», refiriéndose a esas personas mayores que no pueden moverse y que han sobrevivido gracias a la ayuda de la vecindad en Kiev, que ha ofrecido sus cuidados y medicamentos.
Además, incide en que es conveniente recordar el trabajo de quienes se dedican a la sepultura, de las personas que reparten en Glovo, taxistas y voluntariado que lleva comida a la gente que no puede salir de casa. También recuerda al profesorado, estudiantes y gente del mundo del teatro. Lo que mantiene su vocación por la profesión es «la suerte de conocer a gente y de ver cómo, incluso en las peores circunstancias, tiene la capacidad de resistir, de reponerse, de creer y de salir adelante».
El miedo siempre está presente. Sin embargo, Castellano destaca que «lo que alimenta este oficio son las ganas de contar las historias que estás conociendo».