Irene Borges Perera es una joven que reside en la isla de Tenerife, pero no para de viajar por el mundo y diferentes lugares. Actualmente, se encuentra estudiando un grado de interpretación con especialidad en clarinete en el Conservatorio Superior de Música de Canarias. Con tan solo 20 años, la clarinetista ha decidido irse de Erasmus, concretamente a Eslovenia, alejándose de su entorno, para formarse y dedicarse a lo que realmente le gusta: tocar en orquestas, ser solista y concertista.
¿Cuándo te diste cuenta que querías estudiar clarinete? “Cuando era pequeña veía que mi hermana tocaba la flauta, y a mí me gustaba oírla. Ella estaba en muchas agrupaciones y se lo pasaba súper bien. Como aún era una niña, mi madre me metió en clases de piano porque es lo más común, pero al tiempo me enteré que no podía tocarlo en una banda. Yo solo quería meterme en la academia, coger un instrumento cualquiera y disfrutar. Un día Vivian Gutiérrez llegó a Unión y Amistad, el grupo de mi hermana. Ella es directora y maestra de clarinete, tiene mucha pasión y me la transmitió. Yo quería hacer música y tener el pelo como ella. Lo probé, y cuando entré en el conservatorio me decanté por este artilugio”.
¿En qué momento decidiste hacer prácticas fuera de la Isla? “Mi profesor Javier Llopis Boquer, que es uno de los mejores requintistas del momento, me dio algunas veces la oportunidad de presentarme al examen de matrícula de honor. Yo obtuve cuatro, que fueron a las que me presenté. De hecho, en el último año tuve también una mención honorífica. Aquí empezó todo. Mientras yo era su alumna iba a cursos en Gran Canaria y en otros lugares, donde me dieron lecciones magistrales catedráticos internacionales como Iva Barbosa, Nicholas Cox, Radovan Cavallin y Jose Franch-Ballester. Varias de ellas fueron gracias a mi hermana, ya que tiene amigos viviendo en Barcelona y pude ir a dar clases con Joan Manel Fuste, el pedagogo de la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC)”.
¿Te has sentido alguna vez excluida por querer dedicarte a la música? “Hay muchos prejuicios sobre esta carrera. En el colegio ya sabía que quería dedicarme a esto. Hice bachiller artístico porque sin esa titulación no te dejan hacer el grado en interpretación con especialización. En la Pureza siempre me trataron perfectamente, pero pensaban que sería algo negativo meterme en arte. Me llevaron a una orientadora y me intentaron inculcar esa idea, pero no les sirvió de nada. Por el contrario, mis padres me apoyaron constantemente. Yo tengo muchos compañeros que sus familiares les dicen que estudie otra cosa, pero si quieres ser bueno y seguir progresando es casi imposible compaginarlo. Yo estudio de tres a cinco horas todos los días”.
“Compaginar la música con otra carrera es más difícil de lo que parece”
¿Crees que hay más nivel en otros países? “En España hay intérpretes, músicos y profesionales extraordinarios. Quizás en mi especialidad, en Europa hay una mayor concentración de nivel técnico. En esta Isla hay pocos educadores que cuando llegas a cierto tope, te pueden enseñar más de lo que puedes aprender con tu mentor habitual o aportar diferentes puntos de vista. Al fin y al cabo esto no es copiar a tu instructor, sino conocerte a ti mismo como intérprete y generar tu propio estilo. Ahora, lo interesante es tener competencia y ver lo que hay fuera, formarme y que cuando llegue a un sitio tenga mi sello personal”.
El próximo curso te irás a Eslovenia a instruirte, ¿qué es lo que te impulsó? “Siento que fuera de España puedo tener más oportunidades de hacer conciertos, de tocar en una orquesta y de formar distintos grupos. Además, el clarinete allí es excelente y puedo avanzar muchísimo en el periodo de un año. También es un cambio de aires. Aquí va a seguir siendo todo igual. Me gustaría ver el nivel que hay en otras naciones, así como la cultura y en general, lo que es vivir en una gran ciudad. No sé si acabaré mi carrera allí, ni qué posibilidades tendré, pero quizás después no tenga la ocasión de irme”.
¿Tienes pensado irte por medio Erasmus? “Sí. Me voy de Erasmus porque necesito ayuda económica para ir a otro país a realizar mis estudios. Conseguir una beca en mi terreno es bastante complejo. Tienes que pasar por una prueba práctica, presentar videos tocando y tener tus certificados de inglés. El idioma no me preocupa, ya que es acostumbrarte. Este cuatrimestre me concedieron esta ayuda y considero que es un buen sistema para formarme, abrirme caminos y adquirir experiencia. El arte es algo muy subjetivo, lo que a ti te parece ruido a mi me puede parecer armonía. Entonces, es difícil sorprender y conseguir una beca de alto coste”.
“El arte es subjetivo, lo que a ti te parece ruido a mí me puede parecer armonía”
Tengo entendido que das clase a niños pequeños, ¿forma parte de tus aspiraciones de futuro? “Primero me gustaría hacer conciertos solistas y montar agrupaciones de cámara por todo el mundo. Impartir cursos o lecciones magistrales me encanta, pero la docencia es una materia muy complicada. Uno no sabe lo que es verdaderamente la enseñanza hasta que te ves con un pequeño cerebrito que no es consciente de lo que es capaz de hacer. No solo lo tienes que formar musicalmente, sino también inculcarle ciertos valores. Si nos pisamos los unos a los otros acabamos más en una guerra personal, que avanzando con nosotros mismos. A pesar de esto, es cierto que me gustaría terminar mi vida en Canarias impartiendo clases en un conservatorio”.
¿Puedes contar alguna anécdota como músico? “Sí. En mis partituras siempre hago dibujos y caritas, para saber lo que tengo que hacer y lo que quiero transmitir. Entonces, en un examen de audición práctico, un amigo y yo teníamos que tocar la sonata de Francis Poulenc. Nos confundimos, yo cogí sus textos, él cogió los míos y salimos al escenario sin darnos cuenta. Es evidente que yo pude realizarla tranquilamente, ya que en sus papeles no había nada raro apuntado, pero no pude evitar reírme cuando veía la cara que ponía mi amigo tocando cada vez que encontraba un dibujito”.
¿Qué valores consideras importantes en tu carrera? “El primero es la humildad, ya que somos muchas personas que nos dedicamos a lo mismo y tener rabia a alguien no te va a servir de nada. Siempre se puede aprender algo nuevo y el que hoy es tu compañero, quizás mañana puede ser tu jefe. Otro podría ser la seguridad, debido a que cuando estás encima de un escenario y hay un montón de gente mirándote, tienes que intentar que no te coman los nervios. Generalmente, los que van a audiciones son músicos y pueden criticarte ya que saben lo que estás haciendo. Y por último, la sensibilidad. No es fácil hacer sentir a un público. La música es un lenguaje internacional, un idioma, lo importante es saber transmitirlo y para ello tienes que tener musicalidad”.