La Sala de Audiovisuales de la Facultad de Humanidades de ULL acogió ayer 6 de abril, la presentación de la primera fase del Seminario Surrealismo, vida y obra. Un ciclo de conferencias que contó, primeramente, con la comparecencia de Antonio Domínguez Leiva, catedrático de Cultura Popular por la Universidad de Québec en Montreal. Es un evento que tendrá como objetivo trasladar la importancia y el impacto de este movimiento artístico, principal causante del proceso de transformación social que se produjo tras finalizar la Primera Guerra Mundial. Más concretamente, durante los conocidos como los locos años 20.
Patricia Pareja Ríos, organizadora del evento, inició la jornada para resaltar la relevancia del enfoque regional que se proporciona en esta serie de charlas dado «el nivel altísimo» del surrealismo isleño, representado por figuras como Domingo Pérez Minik. Asimismo, hizo alusión a la necesidad de plantearse y responder las preguntas que André Breton, padre de esta corriente nacida en la segunda década del siglo XX, estableció con respecto al enigma de la existencia: ¿Quiénes somos?, ¿A dónde vamos?
Sexo, opio y charlestón
Tras un breve repaso por la trayectoria profesional de Domínguez Leiva, este expuso su visión de la doctrina surrealista utilizando como recurso su obra Sexo, opio y charlestón. Tal y como afirma el novelista español, el título del libro constituye una pequeña provocación «pues se desmarca de la ortodoxia bretoniana, la cual no era partidaria, entre otras cosas, de mantener relaciones sexuales de forma desenfrenada y habitual, del consumo de estupefacientes ni del goce del charlestón», práctica muy extendidas en esa época.
Sin embargo, el interés de Domínguez Leiva reside, más bien, en alejarse de esa percepción y no ahondar en el movimiento en sí, sino en su pluralidad, disidencia y en la figura de sus integrantes, en su mayoría, jóvenes. “La intención es alterar un poco la percepción de lo que fue el Surrealismo» Además, asegura que los conocido por los franceses como Les Annés Folles o surrealistas «no se pueden comprender sin el contexto de transformación global y radical de los años 20, de la cultura en general o culturas populares», reflexionó.
Asimismo, hizo incidencia en lo que se considera, por un lado, el emblema del movimiento decadentista europeo y, por otro, el triunfo de la perversión sexual y el abandono de su consideración como pecado dentro de ese contexto de desenfreno y transgresión: la orgía. En ese sentido, comentó ciertas curiosidades, como por ejemplo que Breton prohibía a los demás artistas desempeñar un puesto de trabajo remunerado y compaginarlo con la pasión por el arte, así como su rechazo a las aficiones propias de los surrealistas.
Domínguez Leiva declaró que «este pintor no era partidario del amor cortés, ya que para él era algo radical y exclusivo». Aclaró que el poeta galo era adepto a los estupefacientes y que se mostraba insensible con respecto a la música. Otros de los temas escogidos en la Conferencia fueron la emancipación de la mujer, el auge de los collages y la proliferación iconográfica de las representaciones eróticas como las de Salvador Dalí, Man Rey o Luis Buñuel.
En la charla también estuvieron presentes Tomás Hernández, director del Departamento de Filología Clásica, Francesa, Árabe y Romana, y Paco Almeida, vicerrector de la Universidad de La Laguna. El primero expresó que con este Seminario Internacional se pretende reconocer y valorar la aportación de Canarias al Surrealismo. Mientras que el segundo resaltó el esfuerzo que se realiza para sacar adelante este tipo de actividades. Aclaró que los principales beneficiarios de las mismas son tanto el alumnado como el profesorado. «Deseo que esto no sea cosa de un día, sino que contribuya a consolidar el bosque fuerte que constituye una institución como esta”, finalizó.