Iris Carballo recorrió Cuba y Canarias para contar la historia desde ambas perspectivas. Foto: G. Rodríguez

Oda a las mujeres de sal

Cultura / Ocio

Las puertas del Auditorio Capitol de Tacoronte se abrieron a las 18.40 horas. La gente iba llegando poco a poco, con calma y sosiego. No se paraban mucho en la puerta, sacaban sus entradas y pasaban al teatro para cobijarse del frío en la tarde del sábado, 23 de marzo. Se respiraba un ambiente agradable y acogedor. Los grupos de amistades se iban sentando en diferentes puntos de la sala y esperaban expectantes, entre conversaciones y risas cómplices, la proyección de Mujeres de sal, hombres de humo.

La función comenzó media hora más tarde de lo previsto, pero nadie tenía prisa. Parecía que no había transcurrido el tiempo entre aquellas cuatro paredes donde el público charlaba de forma animada y distendida.

Iris Carballo, directora del documental, apareció en el auditorio, con sencillez y humildad, y presentó la historia. El vivo reflejo de la lucha de las mujeres canarias que tuvieron que sacar adelante a sus familias solas mientras sus maridos migraban a Cuba. La directora afirmó que «este documental fue un proyecto de investigación para rescatar las voces de las mujeres que se quedaron esperando en Canarias». La finalidad era darle la relevancia y reconocimiento que se merecían. «Las mujeres que se quedaron levantando a las Islas no tenían un papel en la historia de Canarias», declaró Carballo.

Las luces se apagaron y el sonido del mar inundó la sala dando comienzo a la proyección. La directora apareció en escena y empezó a relatar el encuentro fortuito que le hizo empezar la investigación en Canarias sobre las mujeres que se quedaron esperando a que sus maridos regresaran, sufriendo las consecuencias emocionales, sociales y económicas de la migración masculina a Cuba.

La historia contada de primera mano


El documental avanzaba y los testimonios iban apareciendo en la pantalla. Algunos eran contados con dolor y aflicción, pues sus maridos nunca regresaron y hubo mujeres que los esperaron toda su vida. Mientras que otros eran contados con gracia. El público se rio junto con esa mujer que se vistió de rojo cuando se enteró que su marido murió, pues no sintió lastima por quien la abandonó.

La pieza audiovisual terminó y los aplausos hicieron resonar la sala. La emoción y devoción que sintió la audiencia al conocer las diferentes historias era palpable. También hacia la directora por dar voz a todas las luchadoras que aparecieron en la pantalla.

Carballo quiso escuchar las valoraciones del público. No dudó en acercar el micrófono a quien quería hablar. El auditorio se dividió en quien esperaría toda la vida a su marido y quien no le volvería a dejar entrar en casa. Sin embargo, cada espectador escuchó con respeto y entusiasmo las diversas aportaciones.

«Y hombres de humo porque se fueron a por tabaco y nunca volvieron»


Las preguntas no se hicieron esperar. «Mujeres de sal porque la sal se conserva eternamente y brilla, y hombres de humo porque se fueron a por tabaco y nunca volvieron», respondió la directora a la pregunta de por qué había titulado así al documental.

La sesión transcurrió como una charla íntima donde todo el mundo se sintió libre para opinar y preguntar. Cada testimonio ahondó en el corazón de cada asistente. Ahora las mujeres de sal tienen voz y permanecerán en el recuerdo de quienes las escucharon.

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